Pese a la crudeza de la crisis económica quedó atrás, sus consecuencias siguen afectando a decenas de personas, incluso después de la muerte. Durante los duros años de la recesión fueron muchas las familias de l'Horta que renunciaron a una herencia para evitar cargar con las deudas del fallecido. Aunque las cifras no son las de entonces, las notarías de los municipios de la comarca mantienen el goteo al alza de renuncias de testamentos.
Según los datos facilitados por el Colegio Notarial de València, durante el pasado año las notarías de 23 localidades de l'Horta formalizaron un total de 642 actos de renuncia de herencias, un 2,56% más de las firmadas (626) en 2017. Con todos las cifras recogidas por los notarios de la comarca, la media se situa en 27,8% renuncias por localidad.
La que más renuncias registró en 2018 fue Torrent, con 106, el doble que un año antes (59). Le siguen Picassent, que pasa de una decena en 2017 a 74 el pasado año, Benetússer con 60 (20 menos que en un años antes) y Massamagrell con 44, tres menos. Así, han visto como se ha incrementado la desestimación a un testamento familiar en: Alaquàs (9), Alboraia (38), Alfafar (22), Burjassot (37), Catarroja (17), Manises (24), Paiporta (22), Silla (13) y los citados Torrent y Picassent. Por contra, bajan o se quedan igual: Albal (24), Alcàsser (2), Aldaia (24), Benetússer (60), El Puig (0), Quart de Poblet (20), Massamagrell (44), Mislata (23), Moncada (23) Paterna (32), Puçol (12), Rafelbunyol (2), Xirivella (14).
Los motivos de la tendencia al alza de las renuncias lo explica Juan Montero-Ríos, director del Instituto de Estudios Notariales del Colegio de València. «Hay gente que renuncia simplemente por el hecho de que el coste de los trámites para aceptar la herencia son bastante altos, pero cabe la posibilidad de pedir aplazamientos, incluso vender parte de esa herencia y todavia te queda beneficio», explica el notario de Torrent.
Pero el principal motivo para descartar la recepción de un testamentos, son las deudas del fallecido que seguían vigentes. «La deuda es superior a los bienes que tenía el finado, por lo que mientras tengamos crisis habrá gente con deudas y por tanto, serán bastantes los herededor que no aceptarán las herencias», ya que , según sostiene Montero-Ríos, «normalmente, si el fallecido contaba con ciertas deudas, aunque el heredero tenga cierto poder adquisitivo, hacer frente a ellas será ruinoso, porque si el pasivo supera al activo la diferencia la deberá aportar el heredero». Pese a todo, apunta que conforme la situación económica vaya recuperándose el nivel de renuncias disminuirá.
El notario aboga porque los herederos reciban el testamento a beneficio de inventario. La fórmula, detalla, consiste en que los acreedores vayan cobrando la deuda de los bienes que poseía el fallecido, y si llegado el caso, no cubre toda la deuda, el patrimonio de los herederos quedara exento de cualquier responsabilidad. Eso sí, aceptar un testamento a beneficio de inventario también tiene su coste: notificaciones, realizar el inventario, los gastos notariales...
El director admite que mucha gente que acude a una notaria tras la muerte de un familiar desconoce la fórmula del beneficio de inventario y «se lo explicamos con todo detalle» y partir de ahí «cada persona es libre de aceptar la herencia o renunciar a ella». Por ello, Montero-Ríos no esconde que se debería aplicar este sistema por defecto ante un fallecimiento (como gananciales o seperación de bienes en el Matrimonio), pero es consciente de que «esta fórmula va en contra del Régimen de Responsabilidad Patrimonial y se antoja casi imposible», reconoce.
Por otra parte, el régimen fiscal favorece las donaciones. «Ha habido un notable aumento. La gente joven deciden comprarse piso y los padres les ayudan con alguna donación, ya que las condiciones de fiscalidad aquí si son muy buenas», revela el notario.
En este sentido, según los datos del Colegio Notarial del Valencia, durante el pasado ejercicio se registraron 2.091 donaciones en la comarca, por las 1.660 de 2017, lo que representa una subida del 26%. Torrent fue el municipio donde más se firmaron este tipo de actos con 258, seguido de Alboraia con 181, Benetússer con 166, Massamagrell con 124 y Paterna, Aldaia y Moncada con 122. En cuanto al resto de localidades los cifras fueron las siguientes: Alaquàs (37), Albal (114), Alcàsser (10), Alfafar (68), Burjassot (107), Catarroja (62), Quart de Poblet (72), El Puig (36), Manises (75), Mislata (107), Paiporta (37), Picassent (110), Puçol (56), Rafelbunyol (15), Silla (56) y Xirivella (34).
