Con la sala de actos de l'Ateneu abarrotada, el Kol·lectiu Arreu de Alaquàs sometió un año más (y ya van dos décadas) a los candidatos y candidatas que concurren a las elecciones municipales a un riguroso examen estructurado en cinco bloques y a las preguntas de asociaciones y público. Frente a los debates tradicionales, que han proliferado en los últimos años, Arreu opta por un modelo con los temas muy delimitados y los tiempos acotados para los participantes, lo que aporta fluidez al acto. La deuda municipal y el modelo de transporte público fueron los puntos que provocaron mayor división de opiniones. Mientras el candidato socialista y edil de Hacienda, Toni Saura, situó la deuda en 30 millones y explicó que se han rebajado 12 en este mandato, el resto cuestionó la cifra. Y en movilidad, frente a la postura de Consol Barberà (Compromís) de descartar el metro por ser un modelo "caro e insostenible" en la línea de lo que defienden colectivos y la Plataforma Pel Transport Públic, candidatos como el del PSPV, PP y Ciudadanos apostaron por esta infraestructura.

A la mesa redonda acudieron los candidatos y candidatas Toni Saura (PSPV), Pepe Pons (PP), Consol Barberà (Compromís), Mar Blanch (Podem), Bernardo Palomares (Cs), Carolina Pino (EU) y Vicent Lladró (agrupación de electores Ara Alaquàs). No estuvo presente la candidata de AUNA, una formación que se ha presentado a las municipales en Alaquàs sin tener implantación este partido y de la que no había sido posible localizar a nadie, según informó la organización. Para cada bloque temático, los candidatos tuvieron un minuto y, cuando alcanzaban su tiempo, sonaba un pitido y se les retiraba el micro.

Además, en la introducción participó Antonio Pérez Collado, de los movimientos de abstención crítica, quien defendió que le "preocupa" más el día después de la cita electoral porque "no es lo mismo votar que participar". Para apoyar su planteamiento, utilizó el ejemplo del municipio de Vivares, en Badajoz, donde todas las decisiones se adoptan por asamblea y consultas, y consideró que hoy existen mecanismos para aplicar este modelo a ciudades más grandes. Además, incidió en el empobrecimiento de la población en los últimos años y el retroceso en derechos, y recordó que los grandes logros no los consiguen las instituciones sino la movilización social, como el caso de la jornada laboral de ocho horas de la que se han cumplido 100 años, la colocación de los semáforos en Alaquàs durante la transición, el paso a nivel de Xirivella después de la gran tragedia o, más recientemente, el encierro de la comunidad educativa del colegio Ciutat de Cremona en Alaquàs para lograr que se construyera el centro (ahora en obras).

En la presentación, Pons dijo querer ser alcalde "de todos y todas y no solo de los que le hayan votado"; Palomares alegó su "ilusión por mejorar la vida de los vecinos"; Saura defendió su "renovado equipo" de personas "valientes y comprometidas"; Pino explicó su "vocación de servicio a la ciudadanía" relacionada con su trabajo de psicóloga; Blanch consideró que su profesión de educadora social le ha aportado "un bagaje enriquecedor" para afrontar la gestión; Barberà se definió como "roja, verda, morada, taronja i valenciana" además de leer la composición íntegra de su lista, y Lladró defendió que, por no ser un partido político, su programa son propuestas concretas y "no promesas genéricas que no se cumplen".

En primer bloque de preguntas giró en torno a la participación. Palomares abogó por poner en marcha el aprobado consejo de asociaciones y cambiar el turno de preguntas ciudadanas al inicio de los plenos. Por su parte, Saura defendió seguir avanzando en los presupuestos participativos y propuso desarrollar una herramienta online de consultas y encuestas a la ciudadanía. Pino pidió procesos consultivos, el consejo de asociaciones y un modelo de presupuestos participativos en el que se explique a la gente de dónde viene el dinero. Blanch propuso que se pongan en marcha los consejos sectoriales y una consulta para decidir qué hacer con la parte cerrada del mercado. Barberà reclamó consejos sectoriales y de barrio, y que se active el Fòrum Ciutadà, que no se convoca desde hace más de 10 años, además de un punto virtual de quejas y sugerencias. Lladrò recordó que su formación se ha creado en un proceso de participación y también su programa. Y Pons planteó asambleas anuales para dar cuenta de la gestión, entre otras medidas.

En el apartado de la deuda municipal, Saura (que es el edil de Hacienda) la situó en 30 millones de euros a 31 de diciembre de 2018, lo que supone haber rebajado doce millones en este mandato (con una amortización voluntaria de 500.000 en el pasado ejercicio y otra de un millón que se prepara en 2019), con unos presupuestos anuales de 22,5 millones. Las cifras fueron cuestionadas por el resto, quiene situaron la deuda incluso en 35 millones. Pino explicó que el área económica municipal ha pedido una auditoría. Blanch criticó el modelo de "seguir haciendo inversiones y aumentando préstamos", y abogó por una fiscalización correcta de los servicios y del gasto. Barberà incidió en lo que se debe, no solo a los bancos sino al sector público que ha realizado diferentes prèstamos y recordó que la deuda de Alaquàs supera la de Aldaia, Xirivella y Picanya juntos. Lladrò apostó por una amortización de la deuda que permita salir del plan de ajuste en tres años, y una mesa de control del gasto cuyo ahorro generado (que calculó en un millón de euros anual) se destine a aumentar servicios y bajar impuestos. Pons calculó que cada vecino de Alaquàs debe 1.000 euros y que la situación económica ha impedido servicios como el soterramiento de contenedores que estaba en el contrato con la gestora. Y Palomares expresó que "no es tan importante" la cifra exacta de lo que se debe sino que la situación obliga a retirar subvenciones a colectivos como el caso de los 4.000 euros a Amiar.

En el apartado de los barrios, Pino señaló problemas de transporte, limpieza y empleo, para lo que abogó por recuperar los servicios públicos privatizados. Blanch apuntó problemas de convivencia en algunos barrios y pidió la figura de mediadores sociales para afrontarlos, además de incidir en la falta de limpieza o las quejas por la acumulación de actos festivos en los mismos puntos. Barberà indicó que en los barrios les han manifestado problemas de limpieza y excrementos de animales, conflictos por el ocio y el descanso, o inseguridad ciudadana. La candidata detalló una zona empobrecida en Camí Vell; demasiados actos festivos en la Sequieta; población muy mayor y con problemas de movilidad en el Carmen; falta de aparcamiento en el centro histórico y falta de mobiliario urbano en l'Olivar. Lladrò se comprometió a desarrollar las propuestas recogidas en los barrios. Y Pons criticó la falta de limpieza e iluminación en diversos puntos, además de señalar la necesidad de inversiones básicas en los polígonos, e incidir en el problema de convivencia en los Faroles. Por su parte, Saura, que cerraba este turno, defendió que es necesario seguir avanzando en obras de accesibilidad, anunció subvenciones para instalar ascensores en viviendas antiguas y defendió la mejora en la limpieza en el último año.

En promoción económica, Blanch elogió el papel de la asociación de comerciantes CAdA aunque abogó por medidas para establecimientos no socios también y por rebajar los vados en el polígono para estimular la implantación de empersas. Barberà se posicionó en contra de las grandes superficies, apostó por reforzar la colaboración con CAdA y los negocios hosteleros de Ahora, además impulsar de una guía de comercios y profesionales locales, entre otras medidas. También pidió actuaciones urbanísticas para facilitar las compras a pie. Lladró propuso tres zonas de aparcamiento comercial en País Valencià, Miguel Hernández y el mercado. Pons consideró que el comercio hoy está en peligro por "falta de ayudas y de motivación" y defendió que el consistorio ha de ayudarlos a adaptarse, además de criticar que se haya "dejado morir" el mercado. Palomares propuso facilitar y agilizar todo tipo de trámites a los emprendedores con distintas medidas. Saura defendió que la convocatoria de ayudas para CAdA y Ahora es la más alta que realiza el consistorio y recordó que "muchas personas de otros pueblos montan su negocio aquí porque aquí el comercio funciona". También nombró las inversiones en el polígono con las ayudas del Ivace. Finalmente Pino opinó que es necesario modernizar el mercado, y fomentar el ocio junto a los puntos de consumo.

En movilidad, Barberà incidió en que Alaquàs forma parte del área metropolitana de València, que merece los fondos que tienen otras áreas por parte del Gobierno central, además de reclamar un servicio de autobuses que conecte los pueblos y no radial con València, líneas de bus a los polígonos y mejoras importantes en la línea de cercanías de tren. "El metro es muy caro e insostenible mediambientalmente", concluyó frente a otros que sí reclamaron este medio de transporte. Lladrò optó por seguir apoyando a la Plataforma pel Transport Públic en sus acciones y por aumentar la zonas de descanso en el pueblo. Pons incidió en el retroceso en transporte público que se ha producido, especialmente en el caso del tren, que antes de construir el AVE tardaba 12 minutos en ir a València y ahora 35. Ciudadanos pidió una nueva línea de metro que conecte Quart con Torrent por Alaquàs. Saura también reclamó el metro para Alaquàs y apuntó una posible movilización en este sentido, además de reclamar que el carril bici de Xirivella llegue a València. "Hemos logrado el bus lanzadera y el bus nocturno", dijo en relación con la nueva contrata de autobuses a punto de licitarse. Pino lamentó la poca participación ciudadana en el plan de movilidad y consideró que la falta de un servicio de transporte público digno en Alaquàs provoca el uso excesivo del coche porque "la gente no tiene más remedio". Finalmente Blanch consideró que cada formación tiene que trabajar con sus paralelos en les Corts y el Congreso de los Diputados para solucionar el problema de transporte público en Alaquàs, que afecta a diversas administraciones.

En el turno de palabra de asociaciones, la Assemblea de Dones d'Alaquàs pidió un urbanismo con perspectiva de género mientras que la Plataforma per l'Ensenyament Públic abogó por el uso de los colegios fuera del horario lectivo dentro del modelo de 'Ciutat educadora'. Criant pidió disponer de parques adaptados de 0 a 3 años y de espacios para desarrollar sus actividades en interior cuando hace frío. La entidad contra los abusos bancarios reclamó pisos sociales para reubicar personas que sufren un desahucio y las que no pueden pagar los altos alquileres. Gent de l'Horta propuso dar un paso más en el banco de tierras para que el consistorio busque a quienes pongan en activo aquellos espacios que se ceden. Y la Plataforma pel Transport Públic criticó que en estos cuatro años apenas se ha avanzado en Alaquàs, Aldaia y Xirivella, mientras que en ciudades que ya disponen de metro sí que se han realizado mejoras. La intervención de este colectivo provocó una ovación del público.

En las preguntas de la gente del público, se pusieron de relevancia el mal funcionamiento y el colapso del centro de salud, los fufuros pactos, la escisión de Podemos, y el sistema de adjudicación de locales a colectivos.