La gestión y política urbanística, ese foco que alumbra el municipio de Godella cada vez que se pronuncia su nombre, se ha convertido en una roca que bloquea el camino que están recorriendo Compromís, PSOE y Podem para alcanzar un pacto de gobierno que se refrende en el pleno de investidura del próximo sábado. Tras varios encuentros entre los integrantes de la comisión negociadora de las tres formaciones, la modificación del PGOU, que fue rechazada por el pleno el pasado marzo, es una patata muy caliente. En este sentido, cabe recordar que la izquierda suma 9 concejales -Compromís (4) PSOE (4) y Podem (1), mayoría absoluta por delante de PP y Cs (8).
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Compromís, la lista más votada de las tres, admite nexos de unión en un acuerdo programático de doce folios, al que se han incorporado propuestas y planteamientos de todos los grupos progresistas. El problema surge cuando se pone sobre la mesa la modificación del PGOU. Aquí hay que hacer una pequeña acotación. El documento fue rechazado que saliera a exposición pública en el pleno de marzo con los votos de PP, Cs y Podem. El texto en el que había trabajado el equipo de gobierno durante años tenía como principal objetivo evitar nuevas sentencias expropiatorias, con un coste entre los 13 y los 30 millones, derivadas de los equipamientos pendientes de adquirir reflejados en el PGOU de 1990. Para ello se redistribuyen esos equipamientos en nueve sectores y aumenta la edificabilidad de algunas zonas pero no la superficie urbanizable, de tal manera que de las 1.230 viviendas contempladas en el PGOU de 1990, ahora se pasa a 1.618. Ese aumento poblacional y sus consecuencias (tráficos o servicios sanitarios y educativos) fue uno de los argumentos que utilizó la oposición para tumbarlo.
Compromís no oculta que el bloqueo de Podem a la modificación del PGOU se centra principalmente en los sectores 25 y 26, una enorme pastilla de terreno entre la CV-31 y la avenida Acacias, donde se contemplan 65.000 metros de residencial, 25.000 de zonas verdes, 9.900 de red viaria y un total de 397 viviendas, repartidas en 3 alturas más planta baja. Esa nuevas construcciones harían de pantalla de los adosados más próximos de Campolivar. «Hemos planteado rebajar la densidad de viviendas en medio centenar, pero es imposible recortar más porque sino el sector será insostenible», defienden.
En contra posición, Podem admite «pocos avances» y que están «estancados», buscando «fórmulas para sacarlo adelante». Desde la formación morada reconocen que «hay coincidencias en programas sociales, de personal o medioambiente», pero también afirman que en cuanto al PGOU «hay ciertas cosas que se han de limar para encontrar una posición de consenso», sin querer entrar en más detalles sobre los puntos urbanísticos de conflicto. Los morados son más partidarios de un nuevo PGOU que de la modificación elaborada.
Podem Godella mantiene la «esperanza» de «avanzar un poco más» en el «qué» para luego ya abordar «el cómo y el quién», modelo Botànic, en referencia a si entran a formar parte del equipo de gobierno y el consiguiente reparto de áreas. El viernes harán una asamblea informativa para dar a conocer su postura definitiva.
Desde el PSOE aportan serenidad y experiencia, al asegurar que «llevamos mucho tiempo elaborando pactos, casi desde la democracia, y aunque vamos poco a poco, con un par de encuentros más estaremos más cerca del sí. Sería la primera vez que los números suman para las fuerzas de progreso y no se alcanza el gobierno». Los socialistas indican que la modificación del PGOU «es unas de las cuestiones que más interpretaciones genera», y como contrapunto asegura que «en otros temas se alcanzará buen puerto». El PSOE sostiene que «no hay posturas antagónicas» entre las partes y «con voluntad se llevará a un acuerdo satisfactorio».
Ninguno de los tres habla por el momento de sillas. El programa, primero.