Una treintena de personas participó en el «Passeig per les alqueries» organizado durante el fin de semana por Alaquàs Debat, con el objetivo de difundir el valor de este patrimonio que se conserva en Xirivella. Al inicio de la excursión, representantes del colectivo criticaron la demolición del Forn de Barraca en l'Horta Nord, así como la amenaza que existe para otros edificios por la ampliación de la V-21 (precisamente una de las activistas que resultó herida en el desalojo es de Alaquàs) y pidieron una mayor protección para las alquerías de Xirivella. «No queremos que desaparezcan», dijeron.
A la cita se sumaron representantes municipales de Xirivella como la concejala de Medio Ambiente, Karen Jansen (Podem) y la número dos de Compromís, Puri Botella. El recorrido del paseo comenzó en el aparcamiento del polideportivo de Alaquàs y discurrió durante cerca de tres horas por vías ciclables y senderos rurales, en los que el paisaje y los aromas se mezclaron con los datos históricos.
Condujo el paseo el investigador local Adrià Hernández, quien defendió que dos de las alquerías (Alòs y Pollastre) pueden datar al menos del siglo XV (bien por la constancia documental o bien por el uso de la técnica de tapial en sus muros), además de explicar los vínculos históricos con el 'senyoriu d'Alaquàs'. Ambas están en avanzado estado de deterioro. Por ello, pidió que «un equipo de arqueólogos las estudie» y determine el grado de protección adecuado para ellas, ya que actualmente solo la tienen estructural en el PGOU. La excursión fue un paseo por la historia de señores feudales y su vasallaje, acequias y huerta, con una parada para almorzar en una de las alquerías bocadillos de «pimentó amb tonyina» y escalivada.
