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Formación

Mayores que vuelven al aula en Picassent

Unas 300 personas acuden al Centre de Convivència para asistir a clases de memoria, informática, inglés y valenciano

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Programa de mayores de Picassent

El paso del tiempo conlleva efectos degenerativos en nuestro cuerpo y en nuestra mente; por eso es importante practicar ejercicio y estimular la memoria. Las personas más mayores de Picassent acuden a cursos de memoria para ejercitar esta capacidad que se va deteriorando con los años.

Según el concejal de Mayores, Carles Silla, cerca de 300 vecinos se han inscrito a los talleres impartidos en el Centre de Convivència , entre los que también se encuentran de informática, inglés y valenciano. «Es fundamental llevar a cabo políticas destinadas a mejorar la calidad de vida, la participación social y la autonomía de los mayores para retrasar su dependencia», explica.

Las clases de memoria las imparte la educadora Mª José Cuenca. «El tema de la memoria en Picassent ya lleva cerca de 15 años, pero este es el segundo en el que estoy yo como profesora», comenta Cuenca. Las clases se llevan a cabo los martes y jueves en dos turnos. «Como los turnos ya están hechos dependiendo del horario que mejor le viene a cada estudiante, al principio es complicado pensar cómo plantear las clases, ya que cada uno tiene unos conocimientos previos diferentes, así que lo que hacemos los primeros días es examinar el nivel que tiene cada uno y, a partir de ahí, preparar material específico», explica la trabajadora.

Mª José cuenta con cara de satisfacción que nota la progresión del alumnado que ya estuvo el curso anterior y que ve a todo el mundo muy contento. «Primero les sirve para relacionarse con otras personas, aspecto fundamental, después se mantienen mentalmente activos durante todo el tiempo que están en el aula», valora.

La experiencia del alumnado

Héctor y Pilar son un matrimonio que acude a las clases de memoria desde hace dos años. En su tercer año de curso, Héctor, de 70 años, confiesa que se apuntó «más por una actividad social que intelectual». «No sabía como relacionarme con la gente, soy muy introvertido y venir aquí me ha ayudado», explica. «También me preocupa el tema de la memoria, mi madre tuvo alzheimer y lo tengo presente. Quiero envejecer activamente», manifiesta el picassentino.

Pilar recuerda cosas que tenía olvidadas. «Con la tecnología, cualquier operación la sacas enseguida. Venir aquí y hacer cálculos mentales es una buena forma para estimular la memoria», dice.

Dora, de 81 años, nunca pudo ir al colegio. «No podía, mi madre estaba enferma y tenía que cuidar de mi familia. Les pedía ir a la escuela pero iba un día y no podía volver. A los 16 años me quedé embarazada y en el 1961 nos exiliamos a Marsella», cuenta conmovida. «He vuelto a nacer en el 2019. Estoy tan contenta que cuando llego a casa con deberes, tengo ansia por hacerlos y que mi nieto me ayude es emocionante. Nunca había ido de bares, ahora tengo unas compañeras estupendas con las que hablo y disfruto dentro y fuera de esta clase», reconoce la vecina.

Dora animó a su amiga Milagros para que acudiese a las clases. «Este verano Dora me enseñó a pintar, era de lo que se ganaba la vida su marido y a ella se le da muy bien, y ahora en el taller he empezado pintando dibujos y me gusta venir aquí», comenta Milagros.

«Estaba harta de preguntar las cosas que no sabía y me dije 'voy a aprender'», afirmó Dolores, de 65 años. «Tuve un shock y perdí la memoria por completo. Mi mente estaba muy abierta, me dieron la beca para ir a la Universidad y la perdí. Después mis padres no me la pudieron pagar, pero siempre he querido aprender. Se me han olvidado casi todas las cosas y esto a mi me está motivando mucho», confiesa la picassentina.

Ángeles va a las clases desde hace unos cuatro años. «Me gusta tener la mente abierta, salir, distraerme y no perder lo que sé. También voy a l'Escola d'Adults», explica. Mari Carmen hace años, antes de tener cáncer de pecho, ya participó en las clases. Tuvo que dejarlo y ahora que está «un poco mejor» se ha reincorporado los martes y jueves a las clases de memoria. «Me gustaría ir todos los días, pero lunes, miércoles y viernes tengo que ir al fisio», dice.

Todos los usuarios han afrontado con ilusión el primer mes del curso, que finalizará en junio.

Marcha saludable

Aparte de las clases ordinarias dentro del aula, la concejalía organiza jornadas al aire libre. Ayer tuvo lugar la «IV Marcha Saludable», una actividad dentro del Plan Envejecimiento Activo y Saludable del Ayuntamiento. Participaron más de 200 personas que recorrieron cuatro kilómetros del municipio. Al finalizar, almorzaron «a la fresca» fuera del Centre.

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