Las dos organizaciones agrarias más importantes de la comarca de l'Horta, la Unió de Llauradors y Ava -Asaja aplauden la iniciativa de una frutería de Picassent , cuya propietaria colocó un cartel donde advertía que solo vendería en su local naranjas procedentes de los campos del pueblo. «En esta frutería hasta que no haya naranja de Picassent yo no voy a traer. Me niego a comprar del extranjero. Toda la que hay ahora no es nacional», se leía en el cartel.

«Desde Ava-Asaja consideramos que es una iniciativa propia de un particular, que nos parece muy bien y les damos las gracias a esta frutería por su sensibilidad con la producción agraria valenciana», señalan.

El secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, por su parte considera que se trata de una iniciativa «fantástica» que viene a refrendar la política defendida desde esta organización de apostar por el consumo del producto local y de temporada. «No es lógico que una frutería venda naranja de Sudáfrica cuando al lado hay campos para recolectar», señala Peris, quien también destaca que se aun pequeño comercio local el que apoye al producto local.

Un producto que desde la Unió recuerdan que sigue una exigente normativa de calidad, que no cumplen otros productos procedentes de otros países con una legislación mucho más permisiva. «Debemos apostar por un producto local de proximidad y de temporada porque es el que cumple los parámetros de calidad y de seguridad agroalimentaria. Nuestra ley nos obliga a producir de una forma más sana y ecológica», explica el secretario genera.

Peris también avisa que en pleno fomento de la concienciación de crear un mundo más sostenible, «es ilógico que se importe frutas y verduras de terceros países. Que estos productos recorran miles y miles de kilómetros ahora que estamos hablando de reducir la contaminación y todo por intentar consumir productos agrícolas fuera de temporada», sentencia, a lo que se añade un mayor coste económico.

«Importar frutas de fuera de temporada de otros países también es competencia desleal para nuestros productores locales que muchas veces tienen que dejar colgada la fruta en los árboles», concluye Carles Peris, de la Unió.