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Memoria

El último 'cautivet' del Puig

El vecino Jesús Feases Martí fue el niño que ejerció este papel en la procesión de Sant Pere antes de que se perdiera

El último 'cautivet' con su hermana. j. b.

La huella mercedaria, en el primer cuarto del siglo XXI, sigue impulsando el comportamiento de pueblos como El Puig de Santa María y Algar de Palancia. Y en ese sentido son llamativas aquellas procesiones que recuerdan la esforzada labor redentora de los mercedarios en tierras musulmanas desde la lejana, pero plenamente presente en nuestra actualidad mucho más de lo que creemos, Edad Media. Como ejemplos tenemos la procesión de los turquets, en Algar de Palancia, en honor a la Virgen de la Merced, y en el Puig de Santa María la procesión de la Virgen del Puig, en la que hasta los años 60 del siglo XX salían niños que eran conocidos, y son recordados en la actualidad, como cautivets, nombre que hace referencia, a la perfección, al quehacer fundacional de la Orden de la Merced, que ejerció a lo largo de su historia.

Tanto 'turquets' como 'cautivets' representan a los niños cautivos que eran liberados de la cautividad por los mercedarios, cuyo fundador fue sant Pere Nolasc en el año 1218, patrón de El Puig de Santa María, en cuyo honor se celebra la festividad de les Calderes. La gran diferencia entre ambas procesiones mercedarias es que la tradición de los 'turquets' sigue viva, pero la de los cautivets dejó de actualizarse por los años 60. De hecho, su memoria estaba casi perdida y la hemos conseguido rescatar gracias al valioso testimonio de varias personas mayores de 78 años y por el relato del último de los cautivets.

Las procesiones de cautivos se celebraban en aquellos lugares a los que llegaban los mercedarios con cautivos liberados por ellos. Posteriormente, estas procesiones de cautivos auténticos sirvieron como modelo para organizar las procesiones festivas dedicadas a las Vírgenes de raigambre mercedaria (la Virgen de la Merced, la Mare de Déu del Puig), que eran las verdaderas intercesoras, según los devotos, en favor de los cautivos (Julio Badenes, en Els Turquets d' Algar, pp. 220, 221).

Hoy día, que sepamos, sólo resta la procesión de los 'turquets' de Algar, pero nuestra investigación nos ha mostrado que durante la Edad Moderna y hasta el mismo siglo XX, estas procesiones se realizaban en otras localidades relacionadas con la Orden de la Merced, como en Mallorca en 1619 (Julio Badenes, Ibídem, 220-221) y en el Puig de Santa María. Una foto realizada en el Puig de Santa María anterior a la Guerra Civil, en la que, como nos indicó el secretario general de la Orden de la Merced, Manolo Anglés, aparecían niños vestidos de forma similar a los 'turquets', me llevó a iniciar esta apasionante investigación.

Mi sorpresa fue que, cuando entrevisté a dos de los clavarios de la cofradía de sant Pere Nolasc más veteranos, José Plantada, de 81 años, y José María Carbonell, de 78 años, al preguntarles sobre lo que inquiría me confirmaron que en las procesiones de la festividad de la Virgen del Puig, delante del anda mariana, desfilaban unos niños que recibían el nombre de «cautivets».

La historia de Jesús Feases

Como colofón me contaron que el último niño que procesionó como 'cautivet', hoy un hombre de 72 años, fue Jesús Feases Martí. Lo entrevistamos y nos narró que él, con 6 o 7 años, junto a otro niño, antes y después de la Coronación de la Virgen del Puig en 1954, se vestían como 'cautivets' «siempre que salía el anda de la Virgen de El Puig por la calle en procesión. Y había un gancho en el anda al que se le unía una cinta que sostenían a lo largo del recorrido», simbolizando que los cautivos quedaban unidos para siempre a la Virgen por haberles redimido (Julio Badenes, Ibídem, pp. 222, 223).

Durante la entrevista, su hermana, Emilieta, nos dejó sin habla al descubrirnos que guardaba, como oro en paño, el traje de 'cautivet' que confeccionó su madre según indicaba la tradición. Por otra parte, Francisca Carbonell, de 78 años, y su hermana Elvira Carbonell, de 82 años, recuerdan que cuando eran unas niñas desfilaban en la festividad de la Virgen 2 o 3 cautivets.

En la obra «Recitado en duo , en que sense solfes es pondèra algo de la vida, y miracles de Sant Pere Pasqual de València», del año 1743, hemos hallado la representación escrita más antigua de un cautivet que poseemos, al describir a uno de los hijos de los prisioneros cristianos, en territorio musulmán, diciendo que «als peus portava grillòns, la casaqueta de drap; al fi feya un Cautivèt tan hermòs, tan asseat, que de bon pacte yo fora de tal Cautivèt esclau». El texto, claramente, retrata a los cautivets del Puig de Santa María y a los turquets de Algar. Estos últimos, incluso, siguen desfilando con los 'grillons' que se citan. Este texto del siglo XVIII, confirma que el nombre, la imagen popular, la indumentaria y la tradición procesional de los cautivets de El Puig de Santa María tienen casi tres siglos de antigüedad.

Sin duda el impulso histórico-social de la Orden de la Merced sigue siendo una lección de solidaridad que mejora la democracia y sus miembros, ya sean creyentes, ateos o agnósticos.

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