El colectivo Soterranya quien dedica sus esfuerzos en trabajar por una movilidad sostenible con especial atención a la promoción de la bicicleta como herramienta para la mejora y la transformación social considera que el uso de este transporte podría ser mucho mayor si «tuviéramos ciudades más amables». «La administración no apuesta por el uso de la bicicleta y no la hace atractiva», explican.
En ese sentido, destacan la falta de aparcabicis en edificios municipales, la ausencia de carriles bici y sobre todo el incumplimiento de los límites de velocidad. «Por ejemplo Torrent es una ciudad 30. Hemos hecho un estudio donde se comprueba que nadie circula a 30 km/h y la administración lo permite. Eso crea muchísima inseguridad en los usuarios», señalan.