Durante décadas una leyenda urbana contaba que uno de los artesonados del Castell de Alaquàs podría estar entre las propiedades de la familia del dictador Franco, a la que habría llegado como regalo de los que eran los propietarios del palacio de l'Horta Sud, con fuertes vinculaciones con el régimen. En concreto, la hipótesis se refería al posible artesonado de la primera de las salas nobles porque es la única que carece de él.

Aunque entre los propios expertos y expertas que formaron parte del equipo multidisciplinar que rehabilitó el emblemático monumento renacentista las opiniones sobre la existencia de ese artesonado están divididas, el Ayuntamiento de Alaquàs, titular del palacio desde 2003, está siguiendo ahora una posible pista que le llevaría hasta Torrelodones, un municipio de Madrid con cuyo consistorio ya ha contactado el gobierno local.

Vista de la terraza superior del monumento. L-EMV

Los artesonados del Castell de Alaquàs son de los más valiosos del patrimonio valenciano y conforman, junto con roda la azulejería que recubre las salas nobles y otras estancias, un "unicum" en Europa, según definió hace años Jaume Coll, el director del Museo de la Cerámica González Martí, unicado en el palacio del Marqués de Dos Aguas. En el monumento de l'Horta Sud perviven originales con complejos motivos en cinco salas nobles, además del situado en el gran recibidor de entrada al Castell, más sencillo. Se perdió el de la galería del sobreclaustro, que fue sustituido por uno moderno durante la restauración entre 2006 y 2007.

El edil de València, Pere Fuset, fotografía un artesonado en la sala noble del Castell, en una visita. G. Caballero.

No obstante, la primera de las salas nobles, destinada probablemente a albergar el ajuar de la familia García de Aguilar y Pardo de la Casta, tal y como han apuntado algunos trabajos de Quaderns d'Investigació d'Alaquàs, no tiene artesonado, lo que siempre ha provocado leyendas urbanas. La tesis de que había sido regalado por la familia Lassalla (dueña del monumento desde los años 40 del pasado siglo XX y hasta la expropiación por el consistorio en 2003) a los Franco eran defendida incluso por el último conserje que tuvo la propiedad privada en el monumento.

Visita de la Junta Central Fallera a una de las salas nobles del Castell. G. Caballero.

Aunque durante el proceso de restauración del monumento, el equipo de arqueología apuntó que no era seguro que ese artesonado hubiera existido, al no hallar en los muros las marcas de las piezas que lo sostienen, posteriormente una tesis doctoral del año 2013, realizada por Francisco Javier Delicado Martínez, sitúa una posible venta en el año 1918. Según apuntan fuentes municipales, el dueño del Castell en ese momento, Vicente Gil Roca, un industrial maderero valenciano que lo había adquirido, probablemente para vender sus materiales, como hizo con otras propiedades, vendió una parte del artesonado al tercer conde de las Almenas, José María del Palacio para construir lo que después sería el Palacio del Canto del Pico en el municipio de Torrelodones. Se desconoce, no obstante, si era el artesonado de la sala noble o de otra dependencia.

El hijo del conde falleció en la guerra civil española por lo que el linaje quedó sin descendencia. Así és que el noble dejó en herencia al dictador Franco su palacio del Canto del Pico, según lo que ha podido documentar el Ayuntamiento de Alaquàs. Este inmueble pasó a formar parte de la familia Franco y fue una de sus residencias. Y de ahí puede venir la leyenda urbana que, por décadas, ha ido pasando de generación a generación en Alaquàs.

Palacio del Canto del Pico, en Torrelodones. A. Torrelodones

En los años 80 del siglo XX, los Franco vendieron el palacio de Torrelodones a un grupo empresarial, que pretendía explotarlo como un hotel, una operación que resultó fallida al estar el inmueble en un paraje protegido. Actualmente el edificio sigue en manos privadas y, según la información que ha maneja el Ayuntamiento de Alaquàs, está en un estado de alto deterioro, por abandono y por haber sufrido expolios e incendios.

Con todo, el gobierno local ha contactado con el Ayuntamiento de Torrelodones recientemente para comprobar la situación exacta del palacio y los elementos que aún perviven, con el objetivo de saber si está allí el artesonado. la fkinalidad de la operación sería recuperarlo, si es que existe. Cabe destacar que el Castell de Alaquàs es Monumento Nacional desde 1918, una protección que no solo afecta al edificio sino a elementos como los artesonados y la azulejería, por lo que, si la operación de venta se hubiera realizado después de aquella declaración, que firmó el rey Alfonso XII el 21 de abril de 1918, el artesonado estaría protegido y sería factible recuperarlo.

Respecto a la posibilidad de que los Franco trasladaran el artesonado al Pazo de Meirás, que recientemebnte ha pasado a ser propiedad del Estado, aunque no se descarta seguir esa pista una vez se tenga certeza de que no estñá en Torrelodones, fuentes municipales han indicado que, tras analizar el inventario, no aparece ningún elemento similar.