Una parte de la alta cocina se nutre actualmente de platos tradicionales, que se presentan en las cartas y ante la clientela deconstruidos. Y esos platos, que representan una riqueza cultural, han llegado hasta nuestros días a través de las mujeres, profesionales y no profesionales, que los han transmitido de generación en generación. Mujeres que, en muchos casos, tenía que alimentar a muchas personas con pocos y sencillos ingredientes y que «sin tener conocimientos de nutrición ya que se basaban en su intuición» lograban lo que hoy se considera como la dieta más equilibrada.

Este es el mensaje que ayer lanzó en Alaquàs el cocinero aldaiero Rubén Fenollar, que ofreció un taller en la asociación cultural gastronómica el Cullerot, a través de las redes sociales, en el que se homenajeó a ocho mujeres, de diferentes poblaciones y comarcas (algunas fallecidas y otras en vida), se explicaron sus especialidades culinarias y se presentaron con diseño de vanguardia.

El Cullerot recupera los guisos de ocho mujeres

El Cullerot recupera los guisos de ocho mujeres

Las aldaieras Asunción Folgado y María Luisa Máñez, abuela materna del chef; Adela Darós, de la Vall d’Uixò; la fallecida Encarnación Molla, cuya familia regenta un restaurante en Navalón; Loles Salvador, del restaurante la Sucursal, familiar del experto; María Luisa Olmedo de València y Rosario Navarro, abuela paterna, fueron algunas de las homenajeadas.

El Cullerot recupera los guisos de ocho mujeres

El Cullerot recupera los guisos de ocho mujeres

También la socia de honor, la casi centenaria María Esteve, cocinó en vivo uno de sus platos: el «guisat de dejuny», uno de los guisos tradicionales de la cuaresma, que incorpora las sabrosas «mandonguilles d’abadejo». El acto estuvo presentado por Isabel Cosme, miembro del Cullerot.