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Tramuntana: la llama que prendió la escuela en valenciano

Era un colegio valenciano, laico, democrático y activo

El teatro era una se las asignaturas de Tramuntana. | L-EMV

«Tramuntana va ser la flama de l’escola en valencià». Lo afirma Conxa Romero, una de las primeras madres que llevó a sus hijos al primer centro en valenciano de la C. Valenciana creado en un chalet del Vedat de Torrent, en 1968. Romero, maestra y primera directora de la Nostra Escola Comarcal de Picassent, ha sido ahora reconocida con el premio Carmen Valero, que concede el Institut d’Estudis Comarcals de l’Horta Sud (Ideco).

Actual colegio Madre Petra, donde se instaló Tramuntana. | L-EMV

Tramuntana, como tal, nació en 1969, aunque su origen se remonta a un año antes, en Vil·la Maria, un chalet ubicado en el Vedat de Torrent. Sus impulsores fueron Enric Alcorisa, Adela Costa y Carmen Mira, tres docentes que formaban parte del equipo pedagógico de Lo Rat Penat. Ambos habían creado, junto a otros, a principios de los sesenta el conocido como grupo Freinet, basado en las técnicas de enseñanza ideadas por Celestí Freinet, un modelo alejado de la metodología tradicional, más asambleario y donde el alumno es el centro de la educación, no el profesor o el sistema.

Tramuntana: la llama que prendió la escuela en valenciano | ARCHIVO ALFRED RAMOS

Así, Tramuntana arrancó con una veintena de niños y niñas de 2 y 14 años, la gran mayoría hijos de los propios docentes o de conocidos y familiares. Según narra Vicent Alabajos en el libro «30 anys d’ensenyament en valencià a Torrent», Alcorisa, Costa y Mira eran unos fervientes defensores de una escuela valenciana, laica, democrática y activa. Pese a su entusiasmo e ilusión, el franquismo seguía vigente y los cambios sociales, aunque próximos, no eran sencillos, con la férrea presión de las autoridades y la persecución de la Inspección de Enseñanza.

Tramuntana: la llama que prendió la escuela en valenciano

Bajo la influencia de Freinet

Con el referente siempre de Freinet, en Tramuntana no se enseñaba a leer con las cartillas ni las tablas de multiplicar de carrerilla como se hacía en el resto de centros, sino que se situaba al alumnado ante situaciones donde necesitaba leer o multiplicar. Era puro razonamiento. Había más práctica que teoría. Y todo en valenciano, claro.

Conxa Romero se integró en ese movimiento Freinet en 1965, y aunque no formó parte del nacimiento de Tramuntana como profesional (por motivos personales por su embarazo y el posterior alumbramiento) sí lo hizo como madre. Su hija inició el curso de 1969 y su hijo, el de 1970. Fue en primavera de ese año, cuando en una reunión de madres y padres, las primeras de esas características entonces, se pidió que alguien se incorporara para atender una de las clases, tras la marcha de uno de los docentes. «Yo creía en ese proyecto. Estaba encandilada desde años antes cuando entré a formar parte de Freinet. Por eso lleve a mis hijos. Aquello no solo era la reivindicación de la escuela sino también de la lengua y de la cultura, era una enseñanza ‘arrelada al medi’», explica.

Durante el curso y medio que estuvo en Tramuntana se ocupó del alumnado más pequeño, entre los dos y los seis años. Por aquellas aulas pasaron, entre otros, el nieto de Enric Valor, un hijo de Emérit Bono o una hija de Ernest Lluch. «El alumno siempre era el protagonista. Fue un gran aprendizaje. Poder aplicar las técnicas Freinet era maravilloso aunque había dificultades porque no había libros en valenciano», relata. Y no eran esas la únicas complicaciones. «Los grises (la Policía) venía a menudo a Tramuntana y nos pedía la documentación. Nos tenían controlados», revela.

Tramuntana fue en 1969 el primer centro educativo para Héctor Torralba, un niño de Alaquàs. Recuerda una enseñanza comprensiva, lúdica y personalizada. «Siempre se utilizaba el valenciano, aunque nos tocaba traducir los libros de texto que llevábamos», relata. «Las matemáticas se aprendían con razonamiento y no relatando las tablas de multiplicar como loros, y las ciencias, en plena naturaleza», narra. También recuerda las obras de teatro con el Tirant lo Blanc, pero sobre todo resalta «los valores, como la amistad la solidaridad o la democracia».

La Comarcal y les Carolines

Pese a tener financiación de la élite cultural valenciana de entonces, en 1973, según Vicent Alabajos, Tramuntana pasó de ser una SL a una cooperativa, bajo el nombre de Mestral y trasladándose a Moncada, hasta su disolución en 1975. Pero su espíritu provocó en nacimiento de otras como la Comarcal (Picassent) y Les Carolines (Benimàmet), en 1972, o la Gavina (Picanya), en 1975.

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