Sin duda, es el conocimiento el que nos impulsa a apreciar y valorar aquel patrimonio que cotidianamente nos rodea, pero hasta entonces, al no habernos llamado su atención, no nos habíamos preguntado sobre su sentido.

Hace tiempo que me fijé en una antigua puerta que resta fosilizada en el muro oeste de la iglesia de la Pobla de Farnals, que da a la antigua carretera de Barcelona, antiguo Camí de Morvedre, y tenía claro que no pertenecía al siglo XVIII, en el que se realizó la portada actual. Su hechura es más antigua, pues su nivel original está bastante más bajo que el de la carretera e iglesia actuales. Se trata de una puerta de medio punto y de ladrillo cocido que, por sus características, podría ser, o bien un vestigio de la ermita medieval o bien una de las entradas de la primera iglesia que, ahora, podemos confirmar que se erigió a principios del siglo XVII.

Otra observación que considero muy interesante es que, si nos percatamos, en la iglesia actual el altar está orientado hacia el Norte. Sin embargo la puerta descubierta, en principio, nos adentra hacia un altar que estaría orientado hacia el Este, hacia Jerusalén.

Esta puerta, por tanto, constituye un tesoro que hemos de tener en cuenta a la hora de estudiar la historia arquitectónica del templo de la Pobla de Farnals. Sin embargo, hace unos años sufrió una incomprensible mutilación, que no es más que una de tantas agresiones al patrimonio que decimos amar, pero que maltratamos o bien por desconocimiento o por falta de respeto hacia aquello que forma nuestro auténtico cuerpo histórico.

Imagen de la puerta tapiada y fosilizada en el muro oeste de la iglesia de la Pobla de Farnals. Podemos apreciar cómo fue cercenada y cómo su comienzo está mucho más bajo que el nivel actual de la calle. Julio S. Badenes

Pero la gran noticia es que hemos hallado nuevos datos que nos describen el proceso constructivo de la iglesia de la Pobla de Farnals, y al mismo tiempo, nos permiten comprender nuestra historia y nos obligan a respetar el patrimonio histórico que aún tenemos la suerte de conservar y poder admirar.

Durante la Edad Media sabemos que Dña. Margarita de Lauria, señora del Puig de Santa María y de la Pobla de Farnals, fundó una capellanía en la ermita de la Pobla de Farnals (Julio Badenes, La Pobla de Farnals, pp. 40-43). Mas en 1608, durante el proceso de segregación de la Pobla de Farnals respecto del señorío del Puig de Santa María, los ‘creuetins ‘pidieron a los representantes y comisionados de la ciudad de València permiso para «fabricar una sglesia pera el Culto Divino pera el qual efecte sels havia fet donació per certs particulars dedit Lloch de un tros de terra campa questa al cap del lloc deves Morvedre defront la Creu del cami del Puig. Laqual sglesia entenien elegir y fabricar sots Invocacio de nostra Señora Sant Joseph y Sant Luis Bertran» (Badenes, Ibídem, p. 70).

Hasta ahora creíamos, a falta de documentación, que el templo ‘creuetí’ no se llegó a construir hasta el año 1737. Sin embargo, nueva documentación nos aporta unos datos fundamentales para comprender el proceso constructivo y nos confirma que la fábrica del templo se comenzó entre 1608 y 1621.

Imagen de la iglesia de la Pobla de Farnals. Paco Martínez

Así, en un documento del año 1621 (ARV, Real Audiencia, procesos, parte 2ª, letra S, esp. 1.456) (V. Frechina, A. Soler, R.l Jordà, Massalfassar, pp. 237-238) encontramos una declaración en la que «Asensi Ferrer, llaurador, habitador de Rafelbuñol, atrobat en Valencia, de edat que dix ser de xixanta y cinch anys”, declara “que en lo loch de la Pobla de Farnals estan molt avant en la iglesia que de present fan, y que esta casi acabada, que no falta mes que cobrirla, per ço que tenen la fusta a parellada y pagada, de propis diners del dit loch de la Pobla de Farnals». Y otro testigo, Andreu Navarro de Massalfassar, afirma, además, que ya están «fetes les portes». Y una de dichas puertas es con bastante seguridad la que descubrimos, cegada y demediada, en el paramento oeste.

Ahora, siguiendo el lema kantiano «sapere aude», atrévete a saber, conocemos y entendemos mejor al pueblo de la Pobla de Farnals y cómo, nada más segregarse del señorío del Puig de Santa María, sus habitantes se empeñaron, por el afán de señalar su propia personalidad histórica, en tener su propia iglesia.

Por tanto, este edificio como podemos apreciar es mucho más que un símbolo religioso, es decir, se convierte en un auténtico referente identitario para la ciudadanía creuetina, que debe conocerlo, admirarlo, respetarlo y tomarlo como referente de una auténtica reflexión histórico-ético-política. Y si en 1621 estaban terminando el templo, este año 2022 se cumple el 400 aniversario de su erección.