El aficionado investigador de Puçol y jubilado de las fuerzas armadas, Vicente Claramunt, recuperó en 2021 el libro más antiguo del municipio, una pieza que recoge, en valenciano antiguo, las cuentas de la cofradía del Santísimo Sacramento (Minerva) desde 1620 hasta 1680. Como parte del proceso de descifrar sus secretos, Claramunt ha ido transcribiendo el archivo, para así poderlo presentar a la actual cofradía, institución que lo recibió con gran “ilusión y sorpresa” el pasado 14 de julio.

El hallazgo se encontraba en el archivo parroquial y su búsqueda comenzó por el proyecto de elaboración de un “Tomo 0”, después de que en el municipio se elaborasen el primero y segundo para recabar la historia del siglo XX. De esta manera, la idea de esta nueva colección era poder conseguir todos los archivos que se encontrasen que pudiesen recoger los datos de cómo era el Puçol de antes del 1900.

En esta labor de búsqueda, el jubilado de las fuerzas armadas, pidió permiso para revisar el archivo parroquial. Sin embargo, no esperaba encontrarse con el libro más antiguo del municipio.

El libro de cuentas de la cofradía. V.C.

“La población y los historiadores conocían la existencia del libro de cuentas de la cofradía del Santísimo Sacramento, pero se creía que estaba perdido. Fue muy emocionante poderlo encontrar, una sensación inexplicable, porque es un documento que te permite conectar con la vida del Puçol de hace 400 años”, subrayaba el jubilado.

Resulta muy complicado poder encontrar archivos históricos datados de antes de 1936 porque muchos de ellos fueron quemados durante la Guerra Civil, por ello, “este representa un tesoro único y muy delicado. Se trata de documentación que recogían los clavarios de los ‘carrechs i descarrechs’ que realizaba la cofradía y que sorpresivamente se encontraba en bastante buen estado”, explicaba Claramunt.

Vicente Claramunt presenta el libro a la cofradía. V.C.

No obstante, el investigador prefirió hacer fotos para no manipular demasiado el cuaderno, ya que las primeras hojas estaban algo dañadas por la humedad y el hilo no se encontraba en muy buenas condiciones. “Una vez pude apreciar todo el contenido del libro, el mayor reto fueron las transcripciones, ya que cada octubre el relevo de la clavaria pasaba a otra persona diferente, es decir, me tenía que ir adaptando a las caligrafías y al valenciano antiguo, lo que resultó muy complicado y enriquecedor porque he descubierto palabras que estaban en desuso”, resaltaba el investigador.

En el libro se observa que los ingresos más importantes venían de las donaciones que entraban a la cofradía por parte de la población. “Las más significativas eran las de seda que se recogían en capullos, trigo, acompañamientos de entierros, o vino que vendía el tabernero del pueblo”, expresaba Claramunt, quien añadía que esta última bebida “un año no se pudo vender por estar amarga”.

Por otra parte, los gastos se destinaban, sobre todo a las fiestas, es decir a “cera, pólvora que en vez de pirotécnicos la manipulaban los ‘polvoristes’, adornos a los santo y las donaciones al clero”, señalaba el aficionado a la historia.

El libro de cuentas de la cofradía. V.C.

Todo ello resulta fascinante porque nos permite “comparar cómo los gastos e ingresos de la cofradía eran causa o consecuencia de lo que sucedía en el pueblo. Es increíble cómo a través de unas cuentas podemos relacionar y saber tanto sobre la cultura y la vida de nuestros antepasados”, subrayaba Claramunt. Por ejemplo, durante el periodo de 1671 la cofradía no recogió cuentas “porque el clavario tuvo que hacerse cargo con su propio bolsillo y esta época coincide con una de malas cosechas y hambre en el pueblo”, continuaba el investigador.

Algo similar ocurrió en 1680 cuando se interrumpieron las cuentas. Y es que, ese año el clavario señala que “no se llevan las cuentas porque no había dinero, episodio que coincide con un posterior motín en Puçol respaldado incluso por la población valenciana”, terminaba Claramunt, quien concluía diciendo que era “la experiencia más gratificante que había llevado a cabo hasta el momento”.

De esta manera, el libro se expondrá en el municipio próximamente. Asimismo, su restauración se solicitará debido a su importancia, para seguir manteniendo viva la historia de Puçol cuatro siglos después.