Al borde de los 80 años, Miguel Vidal (Alaquàs, 1942) se ha convertido en el auténtico Iron Man de la comarca, acumulando campeonatos y trofeos a nivel nacional, europeo y mundial. El último, un oro en el Acuatlón disputado en Eslovaquia hace unas semanas.
La pasión por el deporte le vino tarde a Miguel, con más de cuarenta años. Y se aficionó por casualidad, reconoce. Corría el mes de noviembre de 1984. Por aquel entonces, trabajaba en una fabrica textil. En uno de los habituales descansos, conversando con un compañero de faena, ambos se animaron a participar en la quinta edición del Maratón de València. “Mi compañero practicaba hockey y yo solía hacer montañismo. El maratón, muy desconocido entonces, se celebraba en marzo del 85, y desde entonces comenzamos a entrenar, durante la hora y media de descanso al mediodía en el trabajo. Corríamos una media hora. Yo me apunté a varias carreras populares para ir cogiendo ritmo, como la San Silvestre de València de ese diciembre”, relata Miguel Vidal.
Desde entonces comenzó una carrera como atleta amateur, dentro de la modalidad de trialtón, donde compró una bicicleta de segunda mano para entrenar y participar en el primer campeonato que disputó. Así, ha conseguido cuatro campeonatos de España de Triatlón, tres de sprint y uno estándar, dentro de la categoría correspondiente a su edad. Su fervor por el atletismo le llevó a impulsar el Club Amunt i Avall de Torrent a finales de los ochenta.
Pero la edad y el riesgo no perdona, y desde hace más de tres años, Miguel Vidal decidió colgar la bicicleta. “Requiere de mucho esfuerzo y luego cuesta recuperar. Además, hay un elevado riesgo de accidentes y he decido dejar la bici”, reconoce. Pero el deporte sigue corriendo por sus venas, ahora en la modalidad de Acuatlón, donde se combina carrera y natación. En esta modalidad ha conseguido diferentes entorchados en los últimos años. “Hace unos días logré el oro en el campeonato del mundo de acuatlón disputado en Bratislava, en la categoría de 80 a 84 años. En 2017 fui campeón de Europa, también en Bratislava, y en 2018 fue segundo en el mundial disputado en Dinamarca”, explica el atleta.
Durante los últimos meses, Miguel está perfeccionando la natación. “La tendencia es centrarme en la natación. Es un es un deporte menos traumático que la carrera, donde haces muchos kilómetros, y pese a llevo cincuenta años sin lesiones, en la natación se evitan más riesgos de todo tipo”, explica. Y la especialización ya le ha dado los primero triunfos. “He participado en el campeonato autonómico, logrando récords en 50, 100 y 200 metros”, revela entusiasta.
Pese a todo, sigue con los entrenamientos de ambas modalidades. “Hago dos o tres días a la semana de natación y otros dos o tres de carrera, depende de la semana y de la competición. Voy combinando”, explica. La natación la practica en más del 50% en el mar o el río. Además, trata de fortalecer la parte central del cuerpo, con abdominales. Y con esa vitalidad, la retirada parece lejana. “De momento me voy amoldando a cada situación y de momento me encuentro bien y quiero seguir con las competiciones”, asegura. Miguel Vidal apunta que los corredores amateurs debe someterse a rigurosos exámenes médicos cada dos años para poder participar en las diferentes competiciones con el objetivo de prevenir cualquier incidencias sobre su salud. “En 2023 tengo la próxima revisión y espero superarla”, indica.
