La odisea de alquilar un piso en l'Horta

La escasa oferta inmobiliaria sumado a la larga lista de requisitos impuestos por los propietarios y el aumento descontrolado de los precios provoca que cada vez más vecinos tengan que abandonar sus municipios en busca de zonas más asequibles

Viviendas de reciente construcción en la zona de Parc Central, en Torrent.

Viviendas de reciente construcción en la zona de Parc Central, en Torrent. / Loyola Pérez

Abraham Pérez

Abraham Pérez

Encontrar un piso de alquiler en l’Horta se ha convertido en una misión imposible para muchos vecinos de la comarca. Tanto es así, que ante esta situación muchos de ellos se han visto en la necesidad de abandonar sus municipios natales y trasladarse a otras localidades en busca de alternativas para poder alcanzar el fin de independizarse. Basta con bucear entre los principales portales inmobiliarios para corroborar este escenario. Según datos de Idealista, la flota de viviendas en alquiler en l'Horta apenas supera las 700.

Una cifra que llama todavía más la atención si se desgrana por municipios, ya que en las grandes ciudades de la comarca apenas se ofrecen 66 viviendas en Paterna, 45 en Torrent, 21 en Mislata o 17 en Quart de Poblet. Además, a la escasa oferta existente hay que añadir dos factores clave: los precios la media en las dos capitales comarcales es de 1.500 euros – y el interminable listado de requisitos impuesto por los propietarios. «Encontrar un piso por menos de 700 euros es más difícil que reunir las siete bolas del dragón», bromea Pilar Verdejo, una joven de Quart de Poblet que lleva un año intentando independizarse sin éxito.

Alternativas «más asumibles»

 «Si no cobras 2.500 euros nadie te alquila», explica la joven, que cuenta que las inmobiliarias le piden mínimo «que el precio de la vivienda no supere el 30% del sueldo, contrato indefinido de al menos un año de antigüedad, las tres últimas nóminas para demostrar la solvencia, y la fianza, que generalmente es de uno a tres meses «aunque en algunos pisos me han llegado a pedir hasta un año. Y encima, como quiero alquilar sola me piden un aval».

"Las ofertas duran menos de una semana, y las que lo hacen es porque buscan un perfil"

Carlos González

— Agente inmobiliario

En su caso ha optado por aguantar unos meses «a ver si mejora la cosa, pero es que está yendo a peor porque llamas y te dicen que ya está alquilado o que hay una lista de 20 personas para ver el piso». Similar es la situación de Miguel Alcañiz, que aunque en su caso sí que ha podido independizarse, le ha tocado trasladarse de Tavernes Blanques a Foios, «porque aquí los precios son más asumibles». Con todo, señala que la decisión de alejarse unos kilómetros de la capital no son todo desventajas: «Estoy viviendo en una casa unifamiliar que seguramente no me podría permitir en otros sitios. Y encima es una zona supertranquila y rodeada de huertas, con unas vistas espectaculares», sentencia.

Zulos a precio de oro

Como él, María Gómez, natural de Torrent y desde hace seis meses afincada en el Barrio del Cristo, o Esther López, que aunque quería seguir con su vida en Alboraia, la difícil situación que atraviesa el mercado le obligó a decantarse finalmente por Meliana. Todos ellos coinciden que además de los precios, otro factor determinante que les ha impulsado a cambiar de municipio es que «la poca vivienda asequible que hay, es la que es».

En este sentido, se refieren al hecho de que las ofertas con un precio más reducido «suelen ser pisos de muy pocos metros, la mayoría muy antiguos y hechos polvo, que además están sin amueblar y sin ascensor. Eso, o le hacen una 'lavadita' de cara y entonces ya te piden 300 euros más al mes».

Bloques de viviendas de reciente construcción en Torrent.

Bloques de viviendas de reciente construcción en Torrent. / Loyola Pérez

A esto hay que añadir, apuntan, a que «cuando ves algo que te encaja, llamas y te dicen que ya está alquilado, o que hay una lista de espera de 20 personas por delante de ti. Es todo el rato lo mismo, y es una pescadilla que se muerde la cola», lamenta Verdejo al tiempo que añade que «últimamente todo lo que me ofrecen son alquileres de corta duración. ¿Para qué me voy a mudar a un piso si a los cuatro meses me van a echar a la calle?».

Los dueños buscan más rentabilidad

El agente inmobiliario Carlos González atribuye la situación actual al cambio de tendencia que se está produciendo en el mercado. «El problema es que ahora mismo los inversores buscan que el alquiler les aporte una rentabilidad mínima más alta de al menos un cinco por ciento al mes. Además, saben que los precios han subido y nadie quiere quedarse sin su trozo de pastel». Además, el experto cuenta que en la actualidad «pocas ofertas duran más de una semana, y las que lo hacen es porque los propietarios seleccionan a la persona a la que quieren arrendar su propiedad».

Además, señala como otro de los problemas que está afectando a la oferta de pisos de alquiler al hecho que en en la actualidad muchos de los pisos que se heredan tras fallecer el titular de la vivienda se deciden poner a la venta en lugar de alquilar «porque cuando son varios los herederos les resulta más rentable vender porque reciben una cantidad más elevada de dinero que si alquilan, que si tienen que repartir entre tres o cuatro personas apenas reciben un puñado de euros y el quebradero de cabeza de tener que encargarte de la gestión de la vivienda y de los gastos que genera como el IBI, los seguros o la comunidad».

Alerta de varias estafas

Preguntado sobre los seguros de impago, González resuelve que, con la ley en la mano, el arrendador es quien debe asumir el pago de este servicio en última instancia, «aunque tenemos constancia de que se les está cargando a muchos inquilinos». Lo mismo pasa con las comisiones por alquiler, señala el experto, que aunque la ley prohíbe expresamente que se cobre ese concepto a los arrendadores, «hay empresas que lo siguen haciendo camuflando esa comisión en otros conceptos».

Una mujer pasa ante el escaparate de una vivienda de València.

Una mujer pasa ante el escaparate de una vivienda de València. / Germán Caballero

Además, alerta que en los últimos meses ha tenido constancia de varias «pseudo empresas» que piden dinero a cambio de facilitar un listado de pisos de alquiler, algo que «es una estafa». Es por ello que anima a todas aquellas personas a las que se les esté ofreciendo este tipo de servicios o que estén sufriendo estas irregularidades a que denuncien «porque es la única manera de erradicar este problema, que además mancha la reputación de todo un sector y sus profesionales por la mala praxis de unos pocos».

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