Chiva alegará motivos ambientales para frenar la planta fotovoltaica

El Ayuntamiento de Chiva está decidido a seguir peleando contra la instalación de una planta de energía fotovoltaica en las inmediaciones de la sierra, un paraje natural que podría convivir pronto con un mar de espejos. El rechazo, político, social y unánime, se materializará en un documento de alegaciones al proyecto que presentará el consistorio de aquí al 19 de marzo, día en que termina el periodo de exposición pública al que está sometido el proyecto desde el 6 de febrero, tal como se anunció en el BOE. 

Serán alegaciones «abismales» contra la flora, la fauna, la agricultura y el patrimonio local, según explicaron fuentes del consistorio. Además, esperan contar también con el apoyo de la Conselleria de Transición Ecológica, dirigida por Mireia Mollà, compañera de partido de Emilio Morales, el alcalde chivano. Por ahora se ha mantenido una reunión con Joan Piquer, director general de Calidad y Educación Ambiental, para informarle de la situación. Sin embargo, la potestad absoluta para permitir o denegar la construcción de estos parques fotovoltaicos la tiene el Ministerio para la Transición Ecológica, quien dictaminó a través de planos qué terrenos eran los adecuados para estas instalaciones. 

Por eso, en el consistorio también piden a los residentes y a las asociaciones que presenten sus propias alegaciones, a fin de hacer «más fuerza» para que el ministerio deniegue el permiso. 

Tal como informó este diario, se trata de un parque de 420 hectáreas o, lo que es lo mismo, 588 campos de fútbol. El consistorio aprobó por unanimidad una moción el 5 de noviembre donde expresaba su rechazo y avalaba una declaración institucional impulsada por una quincena de asociaciones cívicas de Chiva. Siempre han insistido en que están a favor de las energías renovables, pero en entornos donde no suponga una agresión.