La tecnología, siempre bien utilizada, es una garantía de eficiencia. Por eso, en cada sector aparecen nuevas técnicas que mejoran el trabajo y las tareas de reforestación no se han quedado al margen: Iberdrola está utilizando un dron para replantar especies autóctonas en el entorno de la Muela de Cortes de Pallás, una zona forestal arrasada en varios incendios entre 2011 y 2012 y en cuyo paisaje escasean hoy los árboles, aunque sí los arbustos. Cabe recordar que el fuego causado por dos trabajadores que instalaban placas solares con soldadores en un día de alto riesgo de incendios arrasó con casi 30.000 hectáreas en junio de 2012 y afectó al término municipal de doce pueblos. Por eso, a fin de devolver el aspecto original a este paraje natural, la empresa eléctrica está llevando a cabo la reforestación en los terrenos de la compañía -donde se encuentra la infraestructura hidroeléctrica- que cuentan con alrededor de 600 hectáreas.

Este proyecto se integra dentro del Programa Árboles y en este área del Valle de Cofrentes se pretende plantar 400.000 árboles. A través de la empresa CO2 Revolution y a lo largo de los tres años de acción, se estudiará y analizará el resultado obtenido para ver si puede implementarse este sistema en otros entornos de bosque mediterráneo dañados por el fuego. Por eso, además de repoblar el bosque, también se limpiará a través de tareas de silvicultura.

Para la repoblación se han utilizado semillas inteligentes, tanto húmedas como secas, que se han esparcido por el área a tratar con un dron. Estas simientes están envueltas en materiales que favorecen la germinación y que las protegen de ciertos animales que se alimentan de ellas.

Además, y dado que las variedades del bosque mediterráneo no funcionan de la misma forma, se están realizando tareas manuales en la plantación de encinas, otra especia autóctona de esta zona. Este tipo de árboles se cultivan a través de plantones para garantizar su primer crecimiento hasta que enraíza en la tierra y puede vivir por sí mismo.

Según explica el responsable de Medio Ambiente y Calidad de Iberdrola, Emilio Tejedor, las tareas de plantación, bien sean a través del dron o las que realizan voluntarios, tienen que ser supervisadas. «Se tiene que limpiar el bosque porque después de un incendio, como los que se produjeron en Cortes de Pallás, los árboles crecen de forma descontrolada y dispersa y aunque podemos pensar que es bueno que haya muchos, no es así», aseguran en Iberdrola. «Hay más riesgo de incendio, no pueden crecer bien y se quedan pequeños y se rompen, además de dificultar el paso de los animales en la zona», señala Tejedor.

Las consecuencias de la silvicultura y la plantación de árboles en el entorno natural es la regeneración del suelo. El proyecto pretende conseguir que el monte en el que se invierte disponga de una cubierta vegetal estable que proteja el suelo de la erosión, mejore la calidad de las aguas y regule el ciclo hidrológico, además de servir como hábitat para una fauna variada. Además, el paisaje mejora visualmente y contribuye a mejorar la calidad ambiental de esta zona.

Esta actuación forma parte del Programa Árboles, donde Cortes de Pallás es solo uno de los entornos que va a reforestarse, ya que se calcula que se van a plantar 20 millones de árboles, lo que podrá absorber seis millones de toneladas de dióxido de carbono en 30 años y ocuparán la superficie de 25.000 campos de fútbol.

Incendio histórico

En septiembre de 2011, una negligencia causó la destrucción de 90 hectáreas en Cortes de Pallás. Solo un año después se produjo uno de los incendios más devastadores en la historia de España. Fue en la misma zona y murió el piloto de un helicóptero que desarrollaba las tareas de extinción en este suceso.

El incendio de junio de 2011 llegó a afectar a un total de doce municipios como son Alborache, Catadau, Carlet, Cortes de Pallás, Dos Aguas, Llombai, Macastre, Montroi, Real de Montroi, Turís, Tous y Yátova.