El Pico de los Ajos ya cuenta con una protección extra. A partir de hoy es Bien de Interés Cultural para la Generalitat, como recoge el Diari Oficial tras seis años de espera, pues el expediente fue incoado en 2016 y ahora el Consell reconoce el valor de este territorio.

Este yacimiento en la comarca del Valle de Cofrentes-Ayora y Hoya de Buñol se sitúa en una cima de la Sierra Martés donde han aparecido multitud de cerámicas ibéricas. La zona ocupa unos 400 metros cuadrados y sigue las crestas que hace la montaña.

Se han encontrado habitaciones y una plataforma separada que podría corresponder a una torre o a otra construcción importante para este asentamiento. El yacimiento ha proporcionado una de las mejores colecciones de plomos escritos, monedas y cerámicas decoradas.

El yacimiento arqueológico ha dado buena cuenta de cómo debió ser el poblado ibérico activo durante 800 años, hasta el segundo siglo de nuestra era, cuando fue abandonado. Sin embargo, los largos años en que se mantuvo enterrado quedaron al descubierto tras los hallazgos del arqueólogo Domingo Fletcher, cuando fueron encontradas tres láminas de plomo de alto valor histórico. La voz corrió y durante los años 80 se hicieron excavaciones ilegales. «Se trata de un lugar recóndito, en lo alto de la montaña. Es fácil estar allí rato sin que nadie te vea, y se buscaron metales de todo tipo, desde monedas hasta armas», lamenta Quixal. No fue hasta la década de los 90 cuando la legislación prosperó y protegió de los curiosos y los cazatesoros esta zona, que castigaba con elevadas multas el robo o sustracción de piezas en yacimientos arqueológicos.