La OTAN lamentó ayer la muerte de varios militares paquistaníes a manos de las tropas internacionales presentes en Afganistán, pero pidió al Gobierno paquistaní que permita el paso de convoyes de suministro con destino a suelo afgano. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo ayer que expresó al ministro paquistaní de Exteriores, Shah Mehmud Qureshi, su pesar por el incidente del jueves pasado.

Rasmussen, quien ayer se reunió con Qureshi, recalcó que "tenemos que mejorar la coordinación" entre las tropas de ISAF en Afganistán y las fuerzas paquistaníes. El responsable de la Alianza Atlántica recalcó que "es importante" reforzar la cooperación en la frontera entre Afganistán y Pakistán para evitar que los militantes talibanes crucen desde suelo paquistaní "para matar a soldados afganos y aliados". Rasmussen también pidió a Qureshi que se reabra "lo antes posible" la frontera para permitir el paso de los convoyes de suministro para la fuerza de ISAF.

Pakistán detuvo el paso de convoyes tras el incidente del pasado jueves, en el que helicópteros de ISAF -la fuerza que la OTAN dirige en Afganistán- cruzaron la frontera para responder a un ataque y mataron a dos soldados paquistaníes. La Alianza invoca el derecho a perseguir a quien le ataca y la falta de control en el lado paquistaní de la frontera, mientras que Islamabad se queja de que ha habido varios incidentes de este tipo la pasada semana.

Un blanco fácil

Los convoyes de camiones de suministro detenidos en territorio paquistaní han sido un blanco fácil para los ataques talibanes. En el último de ellos, al menos seis personas murieron ayer y otras seis resultaron heridas en un ataque insurgente contra vehículos de la OTAN estacionados en las afueras de Islamabad, en el que 28 camiones cisterna fueron incendiados. Un portavoz del Movimiento de los Talibanes de Pakistán, Azam Tariq, reivindicó esta acción y otra similar llevada a cabo el viernes en territorio paquistaní.