Guerra en Oriente Próximo

¿Por qué Qatar se ha convertido en el mediador del conflicto en Gaza?

Durante este mes de conflicto entre Israel y Hamás, el grupo que mantiene de facto el control en Gaza, Doha se ha convertido en parada obligada para dos de las grandes potencias clave en el conflicto

El primer ministro de Catar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, y el ministro de Exteriores egipcio, Ayman Safadi, durante la cumbre celebrada en Amán el pasado 4 de noviembre.

El primer ministro de Catar, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, y el ministro de Exteriores egipcio, Ayman Safadi, durante la cumbre celebrada en Amán el pasado 4 de noviembre. / EFE

Marc Ferrà

Qatar se ha situado en el centro del mapa tras convertirse en el escenario de las discretas conversaciones entre Israel, Estados Unidos, Hamás y otros actores de la guerra en Gaza. Ubicado entre grandes potencias y con una astuta política exterior, este emirato de poco más de dos millones y medio de habitantes se ha erigido como el mediador de la región. Este papel no es nuevo: hace tres años albergó las conversaciones entre Estados Unidos y los talibanes que cuajaron en el acuerdo para la retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán. O más recientemente, medió entre Washington y Teherán para un intercambio de prisioneros.

Durante este mes de conflicto entre Israel y Hamás, el grupo que mantiene de facto el control en Gaza, Doha se ha convertido en parada obligada para dos de las grandes potencias clave en el conflicto. A las pocas horas de que Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU, despegara de Doha después de reunirse con varios altos cargos qataríes el 13 de octubre, aterrizaba Hossein Amir-Abdollahian, ministro de Exteriores de Irán. El representante iraní también se reunió con el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, según informó Al Jazeera. Tras este primer desplazamiento, los dos diplomáticos han vuelto pisar el país en los últimos días. Con discreción y hermetismo, las conversaciones continúan en esta ciudad a las orillas del Golfo Pérsico. Y esta misma semana, varias fuentes daban por segura la liberación de entre 10 y 15 secuestrados por los islamistas a cambio de una pausa en la guerra fruto de la mediación qatarí, un acuerdo que finalmente no se ha materializado.

En Doha, Hamás tiene una oficina abierta y el país ha servido de refugio para varios líderes de esta organización. Esta buena relación entre Qatar y el grupo islamista sitúa al país del Golfo en una posición privilegiada como mediador. "A Estados Unidos y a Israel, les ha interesado siempre tener unos representantes y unos interlocutores de Hamás en Doha para poder hablar con ellos en situaciones como estas", explica David Hernández, doctor en Relaciones Internacionales y profesor de la Universidad Complutense de Madrid. "La causa palestina para Qatar es un elemento central de su política exterior, porque es el conflicto en el que tiene mayor capacidad de influencia", añade. El emirato también es uno de los principales financiadores de organizaciones islamistas como los Hermanos Musulmanes

Criticas a Israel

Desde el inicio del conflicto, la diplomacia qatarí ha señalado a Israel como el "único responsable de la escalada en curso debido a sus continuas violaciones de los derechos del pueblo palestino", según se podía leer en el comunicado publicado el 7 de octubre, sin hacer ninguna referencia a Hamás y pidiendo una desescalada. El tono ha ido subiendo y hace pocos días el emirato consideró que las "masacres brutales y crímenes atroces contra civiles desarmados" suponen una "violación flagrante del derecho internacional", en referencia a los bombardeos israelíes.

En paralelo a esta estrecha relación entre Qatar y Hamás, el emirato también mantiene buenas relaciones con Washington. EEUU tiene en este país del Golfo la mayor base militar en Oriente Próximo. Aunque Doha no reconoce a Israel, sí que tiene una vía de comunicación abierta con Tel Aviv. Durante este mes de guerra en Gaza, la diplomacia qatarí ha mediado en las negociaciones para que Hamás liberara a cuatro rehenes; también para que Egipto abriera el paso de Rafah y pudiera entrar ayuda y se evacuara a los heridos más graves, junto a las personas de otros países o con doble nacionalidad que se habían quedado atrapados en la Franja. 

Un abanico diplomático

Este país también ha tejido con los años una red de relaciones internacionales que incluye a Irán, Rusia, Turquía o China. "La monarquía qatarí es consciente de que vive entre grandes potencias, entre Arabia Saudí e Irán. Vive en una región enormemente compleja como es Oriente Próximo y Qatar sabe que un país tan pequeño, para poder sobrevivir tiene que ser muy astuto en su política exterior", relata Hernández. 

"Cada vez que hay un problema, una crisis, un conflicto, las bases de las negociaciones y los diálogos se establecen en Doha", apunta este experto en relaciones internacionales. Y añade: "Qatar considera que así se vuelve un actor imprescindible, un actor que nadie va a querer atacar, que nadie va a querer presionar porque es el sitio donde nos reunimos para hablar". 

Qatar es uno de los principales productores de gas del mundo, especialmente licuado. Parte del gas que se consume en España, por ejemplo, proviene de este emirato. Este recurso natural, que ha enriquecido el país, también ha sido una de las mejores bazas para desplegar una diplomacia que va más allá de su papel de mediador. La organización del Mundial de Fútbol de 2022 es uno de los mejores ejemplos. Qatar también es el propietario del PSG, equipo francés de fútbol, y de la plataforma televisiva Bein Sports, que tiene los derechos de muchas de las competiciones deportivas del planeta. Otra importante baza es el canal Al Jazeera, financiado y establecido en Qatar.

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