Elecciones EEUU 2024

Primarias en Estados Unidos: los candidatos que aspiran a competir por la Casa Blanca en noviembre

Serán seis meses de votaciones en todos los estados y territorios de Estados Unidos que culminarán en las convenciones nacionales de cada partido, donde se nominará formalmente al candidato

Arrancan las primarias estadounidenses con los caucus de Iowa.

Agencia ATLAS

Ricardo Mir de Francia

El proceso de primarias para escoger a los dos candidatos que competirán por la Casa Blanca en noviembre comienza este lunes 15 de febrero en Iowa. Serán seis meses de votaciones en todos los estados y territorios de Estados Unidos que culminarán en las convenciones nacionales de cada partido, donde se nominará formalmente al candidato. La convención republicana se celebrará a mediados de julio en Milwaukee; la demócrata, en la segunda mitad de agosto en Chicago.

Como es habitual cuando un mandatario en ejercicio aspira a la reelección, el presidente Joe Biden enfrenta una competencia mínima para revalidar la nominación, con solo dos candidatos de poca entidad como rivales. Mas incierta se antoja la carrera entre los conservadores. El expresidente Donald Trump parte como claro favorito con una abultada ventaja en las encuestas, pero otros cinco nombres pugnan por hacerle sombra a medida que avancen las votaciones. Si algo demuestra su propia nominación en 2016 es que no habría que dar nada por hecho antes de que la militancia tome la palabra.

Donald Trump. Expresidente, 77 años

El demagogo neoyorkino busca su revancha, después de haber sido el único presidente en la historia del país en enfrentarse a dos procesos de 'impeachment' en el Congreso y haber sido formalmente acusado de incitar a la insurrección que culminó con el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Trump sigue sin reconocer su derrota en aquellas elecciones y no ha hecho más que radicalizar su discurso antidemocrático y su espíritu de vendetta. El expresidente llega a estas primarias encausado en cuatro procesos penales y acusado de 91 cargos que podrían dar con sus huesos en prisión, lo que no le impediría a priori competir desde la cárcel por la presidencia.

Nada de eso ha servido para que las bases de su partido le den la espalda. Actualmente, su ventaja en las encuestas para hacerse con la nominación es de 49 puntos sobre su rival más cercana, según la media de los sondeos de Real Clear Politics. Esa diferencia abismal le ha permitido presentarse como el candidato inevitable, renunciar a participar en los debates o hacer una campaña de escaso contacto con los votantes. Su influencia sobre la militancia sigue siendo tan abrasiva que pocos de sus rivales –lo mismo que sucede entre la cúpula del partido—se atreven a criticarle de forma abierta.

Nikki Haley. Exgobernadora, 51 años

De todos los currículos en liza es la exgobernadora de Carolina del Sur la que más experiencia tiene en cargos públicos de responsabilidad. Hija de inmigrantes indios, Haley fue diputada estatal antes de convertirse en la gobernadora más joven del país en 2011 con el apoyo del Tea Party, el movimiento populista surgido durante la presidencia de Barack Obama. Un cargo que abandonó seis años después para fungir como embajadora de EEUU ante la ONU durante un bienio a las órdenes de Trump.

Haley se presenta como el cambio generacional que necesita el partido, un producto de su diversidad con solidas credenciales conservadoras, más cercanas a la vieja tradición del partido que las de muchos de sus rivales. Disciplina fiscal, dureza frente a la inmigración irregular y una postura en política exterior propia de los halcones marcan su campaña. En las encuestas compite con Ron DeSantis por convertirse en la alternativa a Trump, al que raramente menciona por su nombre. La retirada de Chris Christie de la contienda podría beneficiarle con el trasvase de votos a su campaña. Algunos le han colgado ya la etiqueta de "globalista", un estigma en los tiempos que corren entre las bases del partido, y tendrá que ganar reconocimiento público para que su campaña despegue plenamente.

Ron DeSantis. Exgobernador. 45 años

Como gobernador de Florida, DeSantis hizo de su estado un laboratorio para las políticas ultraconservadoras contra el aborto, el movimiento LGTB, la identidad afroamericana o la desregulación frente al covid. Batallas que le convirtieron en uno de los grandes cruzados de las luchas culturales. Antes había servido como congresista en Washington, donde fue uno de los fundadores del Freedom Caucus, la facción que aglutina a la extrema derecha populista, uno de los bastiones del apoyo a Trump en el Capitolio.

Visto inicialmente como un Trump menos histriónico y más disciplinado, su sucesor natural a ojos de muchos, DeSantis no ha dejado de perder fuelle por su falta de carisma, sus dificultades para conectar con los votantes y los problemas internos en su campaña. Sus abuelos emigraron desde Italia y, aunque creció en una familia modesta, se graduó en las escuelas de Derecho de Yale y Harvard, donde se cocinan las élites del país.

Vivek Ramaswany. Empresario, 38 años

El emprendedor biotecnológico, también formado en Harvard y Yale, multimillonario e hijo de emigrantes indios, es el Trump de 2015. Provocador, deslenguado, heterodoxo, populista y hambriento de minutos en los medios. En los círculos conservadores se hizo un nombre combatiendo la ideología 'woke', que le sirvió para escribir un libro superventas.

Propenso a las teorías conspiratorias, neoliberal y enemigo de lo que ha llamado "las nuevas religiones seculares del 'covidismo', 'climatismo' y la ideología de genero", es todavía poco conocido entre los votantes y tiene un camino muy complicado por delante. En las encuestas es en estos momentos el cuarto en liza, con índices de apoyo que apenas sobrepasan el 5%.

Asa Hutchinson. Exgobernador, 73 años

No son tiempos para la lírica en el Partido Republicano, de ahí que el civismo, el pragmatismo y la larga trayectoria en cargos públicos que vende el exgobernador de Arkansas apenas hayan levantado el vuelo en las encuestas. Hutchinson es el único candidato abiertamente anti-Trump de la contienda, el único que habla de alejarse del "caos" como modus vivendi del magnate y el único que ha pedido que se retire de la carrera ante las múltiples acusaciones formales que enfrenta. Fiscal y empresario antes que gobernador, su ambición para volver a los valores del partido antes de que la derecha neocon y el populismo xenófobo los pulverizaran parece destinada al fracaso. De caer pronto, Hutchinson se sumaría a la larga lista de candidatos que han abandonado la carrera republicana.

Biden y sus rivales demócratas

Biden afronta las primarias con un respaldo en las encuestas nacionales que deja bastante que desear, con una insatisfacción generalizada con el curso de la economía, la gestión de la inmigración o el crimen. Ronda tan solo el 40%. Muchos demócratas consideran que a sus 81 años es demasiado mayor para seguir al frente del país. El entusiasmo en su partido es mínimo, por más que se presente como el garante de los principios democráticos del país.

Pero de momento el partido se niega a sacrificarlo. La tradicional deferencia hacia el presidente en activo que busca la reelección se ha impuesto. Solo dos candidatos le disputan la nominación, ambos desconocidos para el gran público. La primera es Marianne Williamson, quien ya pasó de puntillas por las primarias de 2020, autora de libros de autoayuda y asesora espiritual de Oprah Winfrey. El otro es Dan Phillips, congresista por Minnesota desde 2018, heredero de una fortuna familiar y dueño de una conocida marca de helados. Biden les aventaja en más de 60 puntos en las encuestas.

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