Otra vez sanfermines, otra vez las borracheras, la sangre el sufrimiento y la muerte para que el populacho se divierta, se emborrache y no solamente se dedique a torturar pobres criaturas, sino que además deja la ciudad llena de basura, vómitos, etcétera. ¡Qué pena que fiestas repugnantes como esta sean la imagen que da el pueblo español ante el mundo,y se sigan consintiendo por las autoridades en estos tiempos! Pero ya se sabe: al pueblo, pan y circo. Marisa Bello Sellés. Valencia.