Parece mentira que hayamos necesitado un virus como el Covid-19 para darnos cuenta de lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros, de que realmente necesitamos que todo vuelva a la normalidad. En estos días reina el miedo, la preocupación y la inquietud, quién sabe todo lo que se nos viene después de esta. Aún así hay ciudadanos que salen a la calle y que incumplen normas, haciendo lo que todos o muchos de nosotros deseamos. Después de que los medios de comunicación informaran sobre la cuarentena, nos faltó tiempo para ir al supermercado y arrasar con lo que veíamos. Todos alarmados, pensábamos en nuestras familias y sobre todo en los más mayores. Lo que también es preocupante es cómo estamos pasando estos días en casa. Ya que ahora no tenemos nada que hacer, podríamos pararnos, recapacitar y aprovechar el tiempo en familia, dejar a un lado las tecnologías y si hacemos uso de ellas, qué mejor que en familia. Echamos en falta a abuelos, tíos, primos y amigos.

De esta experiencia podemos sacar cosas positivas: ser responsables y solidarios, y valorar el tiempo, no perderlo.