No sé si soy el único que se ha alarmado por las intenciones del gobierno de crear una cosa llamadas «arcas de Noé» A lo largo de la historia se ha separado a la gente por muchos motivos; ideológicos, religiosos, sexuales, étnicos, y otros. Se les ha llamado de muchas maneras, y es inevitable recordar los campos de concentración (nazis, fascistas y los autóctonos), los gulag soviéticos y los campos de reeducación asiáticos. Todos se hacían con las mejores intenciones, que luego, claaaaaro, eran equivocadas. Espero que se tenga en cuenta que cuando a una persona sin limitaciones físicas ni psíquicas (incluso seropositiva de Covid19, VIH o radicalismo ideológico) se le priva de libertad, tiene un coste para su salud mental y muy probablemente físico. A ver si por salvar y proteger a un sector de la población, vamos a condenar a otro. Me importa un pimiento la legalidad de la medida. Siempre todo es legal, no olvidemos que la guerra de Irak de 2003 fue legal. Es la ética, la idoneidad y las consecuencias lo que me importan. Tampoco sé si soy el único de este país que ha leído dos libros de ciencia ficción llamados «La radio de Darwin» y «Los niños de Darwin», de Greg Bear.