Culpa in eligendo, Culpa in vigilendo

Roberto Tarazona

Sí, entre los partidos que se presentan a unas elecciones hubiera una verdadera intención de regenerar y limpiar la degradada vida política, por multitud de corrupción… no estaría de más que todos ellos, incluyesen en sus programas, no sólo el compromiso preceptivo de no llevar a nadie en situación de imputad@ en sus candidaturas, sí no que a su vez, no permitir en ningún momento, delincuentes de alto grado o aquellos que estuvieran implicados con delitos de sangre graves. Ni quienes tuvieron la responsabilidad de haber elegido a gente inoperante, incompetente para ocupar un cargo en la administración. No importa el grupo al que representen, cuando hay rumores delictivos, los políticos según de quien se trate actúan de forma timorata, miran hacia otra parte e inclusive niegan la mayor. Sí son mucho más que rumores actúan de forma arrogante y despectiva a quien les señala. Posteriormente sí existen indicios de corrupción culpan a la oposición. Se sobreentiende que un gobernante independientemente del cargo que ostente elige a los mejores para formar parte en sus equipos de gobernación, a su vez a los altos cargos, así como otros de cierta relevancia. En los elegidos han depositado toda su confianza. Humano es errar, pero no se ha de tolerar “que no se vigile” con lupa la trayectoria de sus colaboradores más cercanos y estos otros, hacer lo propio según el escalafón que les corresponda. La vida nos enseña que en no pocas ocasiones el “engañado o engañados “ son los últimos en enterarse. Ante esto en política se debe aplicar, lo que en derecho civil se denomina, “culpa in eligendo, culpa in vigilendo”. La ignorancia de los hechos no les exime de responsabilidad, les corresponde asumir su negligencia, sin paliativos en aras de clarificar los hechos. Es por ello, que deben actuar los primeros, con premura y sin contemplaciones con aquellos que incumplieron horadamente con la confianza que se les otorgó, caiga quien caiga. Y sí es Ud. haga lo propio. No busquen excusas, absténgase de querer justificar que entre la oposición, también tienen mucho por lo que callar. La credibilidad de un gobierno, como de sus altos cargos y colabores, dependera de su buen hacer como gestores y de su dignidad como políticos. Porque, no solo hay que elegir a los mejores gestores en tareas de alta ejecución administrativa, además, de saber situar en las pertinentes áreas, a un equipo acorde con sus estudios y preparación. Así como estar avalados por su trayectoria en lo personal y profesional; inmaculada e impoluta. Todos aquellos que se presentan a las urnas para representarnos, deberían de tener en cuenta que son los garantes del presente y futuro de quienes depositaron su voto; es decir su confianza.

P.D. Una recomendación: En la empresa privada, sí necesitan a un carpintero contratan a un carpintero, sí necesitan a un fontanero hace lo propio. De hacerlo a la inversa, no hay suficientes manos para achicar agua en plena oscuridad.