El Levante visitará Montilivi este domingo, donde se jugará la permanencia frente al Girona. De ganar, el equipo de Paco López certificaría la salvación de forma matemática. De perder todavía dispondría de un partido de Liga para alcanzar su objetivo. Esta situación no es nueva para el club granota, pues ya es la cuarta vez que se juega la permanencia en primera división en la penúltima jornada de la competición. En dos de las tres ocasiones precedentes, el Levante consiguió salvarse.
La primera se remonta a 2011, con Luís García en el banquillo blaugrana, el equipo afrontó la jornada 37 de Liga con cinco puntos de ventaja sobre la zona de descenso. En esta ocasión visitaba Mestalla. Allí, frente al Valencia, consiguió un empate sin goles que le valió para certificar su permanencia en primera división. El segundo precedente tuvo lugar a final de la temporada 2014-2015. Nuevamente con cinco puntos de ventaja respecto al descenso, consiguió salvarse en Riazor, pese a perder 0-2 contra el Deportivo, gracias a los pinchazos de Eibar y Almería. Sin embargo, el equipo no tuvo la misma suerte durante la campaña 2004-2005. Fuera también de los puestos de descenso, el Levante necesitaba ganar al Valencia y que perdiera el Real Mallorca, rival directo separado por un punto en la clasificación. Sin embargo, mientras el Mallorca ganaba 0-3 en La Coruña, el Levante empataba en el derbi valenciano. Todavía le quedaba una bala a los de José Luís Oltra, entrenador de entonces, en la última jornada, precisamente, contra otro valenciano: el Villareal. Sin embargo el equipo perdió 1-4 en el Madrigal y descendió a segunda división.
En otras ocasiones como las temporadas 2008 y 2016 el equipo descendió matemáticamente antes de llegar a la penúltima jornada.
El empate podría valer
Si el Villarreal ganara al Eibar en el estadio de la Cerámica, el Levante estaría prácticamente salvado, gracias a la diferencia de goles a favor que presenta respecto a sus rivales directos. Incluso podría salvarse matemáticamente si, además de un supuesto triunfo del submarino amarillo, el Valladolid perdiese en Vallecas.
