n Sin más pruebas en las que calibrar sus fuerzas ni espectáculos semidescafeinados propios de las primeras semanas de entrenamientos, el Levante UD echa a rodar esta tarde (17.00 horas) ante el Deportivo Alavés con la firme intención de comenzar en positivo un curso liguero que, como la pasada temporada, dará inicio lejos de Orriols. Doce meses después de que el Benito Villamarín acogiera un contundente e ilusionante resultado inaugural para los levantinistas (0-3), los granotes retornan a una primera jornada ilusionados, pero también con un reto de considerable nivel entre manos.

Las buenas sensaciones que los de Paco López han dejado en los últimos compromisos de la pretemporada chocan inevitablemente en su estreno con el aura de Mendizorroza, un fortín inexpugnable para el equipo levantinista desde hace más de dos décadas tanto en Segunda División como en Primera. Tras el 0-2 de la temporada 1996-1997 -donde los azulgrana contaban con dos ídolos del Alavés como Mané de entrenador y Pablo en sus filas-, el Levante únicamente ha conseguido sacar un punto en las últimas cinco visitas que ha realizado al feudo alavés -en 2009 y remontando para acabar el partido con 2-2-, siendo este uno de los peores balances registrados por los levantinistas en su historia reciente. Como última muestra, el 2-0 que los vascos consiguieron el pasado febrero.

Pese a todo ello, la plantilla granota viaja a Vitoria con la clara idea de poner fin a la mala racha. Los rumores en forma de salida que afectaron durante semanas a piezas claves de su esquema como Campaña o Róger no se han materializado y la entidad de Orriols ha conseguido mantener el bloque principal del pasado curso, reforzándose en paralelo con varios de los futbolistas que ayudaron al equipo a lograr la permanencia. Casos como Vezo o Mayoral han marcado la línea de unos fichajes que, sin grandes inversiones, han traído hasta ocho caras nuevas al conjunto levantinista, la mayoría de ellas en aquella parcela que más sufrió el pasado curso: la defensiva. Todos ellos, junto al resto de habituales en el once, estarán disponibles hoy para un técnico de Silla que ha mantenido durante la pretemporada la incertidumbre sobre el esquema con el que afrontará la primera prueba de fuego del año, el 4-3-3 o el 4-4-2.

Garitano, continuista

El Deportivo Alavés afronta la temporada 2019-20 con relevo en el banquillo -Abelardo ha dejado la entidad y Asier Garitano le ha sustituido- pero con las mismas señas de identidad que colocaron el pasado curso al conjunto vitoriano como uno de los más destacados durante gran parte de la Liga. Con el 4-4-2 como esquema, los principales cambios en el equipo se han vivido en la delantera, donde han llegado Lucas Pérez y Joselu ante las salidas de Borja Bastón o Jonathan Calleri. Además, para el centro del campo, los albiazules se han reforzado con uno de los futbolistas más destacados del pasado curso en el Girona, Pere Pons.