Este Levante es inmenso y ha conseguido dar un nuevo giro a su historia. El conjunto granota, en apenas ocho minutos épicos, confirmó nuevamente que es un equipo con un corazón gigantesco y del que su afición se puede sentir bien orgullosa. Doblegó al hasta ayer flamante líder de LaLiga rehaciéndose cuando pocos ya confiaban en él y pese a contar incluso con una decisión arbitral en contra. Los granotas levantaron un 0-1 para acabar imponiéndose 3-1 y hacer gozar a lo grande a su hinchada. El techo de este equipo solo lo puede poner él mismo de ahora en adelante, pero ya nadie nos va a quitar lo bailao y los 17 puntazos que relucen ahora mismo en el casillero levantinista le llevan a coquetear con los puestos europeos. Un gustazo.

El Barça, en una primera mitad muy pareja, se adueñó muy pronto de la posesión ante un Levante en el que paco López, más allá de la fatiga que pudieran traer sus futbolistas, apostó por dar continuidad al estado anímico de los mismos futbolistas que habían sido titulares en el Reale Arena y jugando con idéntica disposición.

Pese a ello, la puesta en escena, sin ser mala, no fue tan brillante como la de San Sebastián. El Barcelona avisó un par de veces a la espalda de Miramón y Campaña, y en este tipo de partidos ante rivales de tanto potencial o cazas con rapidez los imputs o lo pagas caro. Por ahí llegó el gol azulgrana puesto que entre ambos descuidaron las tareas defensivas y Semedo se coló hasta la cocina siendo derribado con claridad por el primero en el área. En el penalti no hay debate, no admite discusión, pero en la sala VOR nadie reparó tampoco en que la jugada tenía un fuera de juego previo de Griezmann que Del Cerro Grande, árbitro de VAR, no señaló. ¿Todo OK Carlos?

Esa acción hizo que el Levante se fuese con desventaja al vestuario, pero el fútbol es tan grande, entre otras cosas, porque cambia en apenas un instante y tan solo un movimiento puede ser clave. Los granotas en el segundo acto quisieron dar un pasito al frente porque en la primera mitad apenas habían inquietado a Ter Stegen y ahora estaban obligados por la desventaja, aunque fuese mínima, y como este deporte, guste o no, es un estado de ánimo, un despeje de Piqué se convirtió en el 1-1 en apenas tres toques de Mayoral, Morales y Campaña, este último como goleador. El equipo se había agarrado a lo poquito que le habían concedido quizás espoleado por lo reforzado que llegaba a la cita tras el brillante triunfo de apenas tres días antes.

Ese tanto de Mayoral fue un momento mágico en sí, pero también porque dio inicio a ocho minutos de auténticos granotas enfurecidos. Mayoral instantes después a pase del propio Campaña „al que Paco había desplazado a la izquierda tras sutituir a Bardhi„ hizo el 2-1 con un disparo ajustado al palo y sin apenas digerirlo, con la grada de Orriols entregada a la vez que se frotaba los ojos, Radoja cazó otro balón en la frontal para enviarlo tras un rechace a la red de Ter Stegen y llevar el delirio a la grada del Ciutat (3-1). Fue lo más próximo al éxtasis que se ha vivido en Orriols en mucho tiempo y era el premio a la fe y al orgullo, más que al juego, de un equipo reconocible. Decir eso es decir mucho.

Esta vez sí

El karma del encuentro había dado un giro copernicano hasta el punto de que el tímido intento de reacción barcelonista, en un gol anotado con fortuna por Leo Messi que habría supuesto el 3-2, fue invalidado por posición antirreglamentaria otra vez de Griezmann. Esta vez sí todo OK, Carlos.

Sin ánimo de magnificar las cosas, uno se queda con la sensación de que lo vivido ayer en el Ciutat es un lapso de tiempo de esos que perduran en la memoria de los aficionados. Los jóvenes levantinistas que ayer acudieron a Orriols crecerán y seguro que en el futuro recordarán hasta pequeños detalles de una tarde en la que el Levante, 'on fire', acabó incluso teniendo la pelota por momentos ante el Barça provocando los 'olés' de su gente y con Melero acariciando el cuarto tanto. Poco importaba ya ese tanto porque más allá de un postrer cabezazo atajado por Aitor, el Levante es que casi ni sufrió.