El Levante está obligado a reinventarse de cara a la 21/22. Las dos últimas han sido temporadas de exprimir una plantilla sin margen para retoques. De hecho, el punto fuerte ha sido la continuidad de los principales activos, un periodo transitorio por el que los granotas, a excepción del traspaso de Cabaco, han dejado de ser un club vendedor. En realidad el salto de calidad ha sido no malvender futbolistas en un contexto de mercado realmente adverso.

«El fair-play se arreglaba traspasando a un jugador», llegó a reconocer Quico Catalán antes de la pandemia. De los siete últimos fichajes, cinco han sido a coste cero y los otros dos, De Frutos y Dani Gómez, por 3,8 millones fijos por el 50 por ciento. Para los próximos, la situación sigue siendo complicada. Los mirlos son cedidos o a coste cero. Y todo sigue igual de apretado, con el problema añadido de que el margen pueda reducirse aún más. Sin embargo, la maquinaria está en marcha. Con la fase de renovaciones todavía pendiente de Postigo y Duarte, el foco no está solo puesto en las ventas. Incluso se presume un verano, a la vieja usanza, de búsqueda del ‘nueve’, como en los tiempos en los que Manolo Salvador se marcó un triplete con Felipe Caicedo, Koné y Martins. A diferencia de entonces, Roger es hoy indiscutible.

Sin embargo, el retrato robot de lo que se está buscando no responde al de un sustituto del Pistolero sino a un complemento. Otro nueve que permita a Paco López más variantes para las segundas acciones, el juego aéreo y de espaldas. Y es que sobre el papel Dani Gómez era el relevo de Sergio León, no el de Borja Mayoral. A última hora sobrevoló la opción de Budimir, sin espacio en el fair-play. Mucho antes se había quedado por el camino una oferta por el argentino Gaich, al que se le ha seguido la pista también tras su cesión desde enero al Benevento. Su opción de compra son 11 kilos, aunque el CSKA puede volver a cederlo. Varios grandes lo tienen en su agenda.

Uno de los lamentos de puertas para adentro en Orriols ha sido la ausencia de una variante para el ataque. Lo cierto es que en determinados momentos de la temporada se ha echado en falta. Y es que el Levante destaca por no contar en su plantilla con un ariete con centímetros, un rol que ha sido fundamental en la mayoría de equipos, sobre tod entre los de la segunda mitad de la clasificación: Boyé (1,83) en el Elche, Rafa Mir (1,91) en el Huesca, Kike García (1,86) en el Eibar, Joselu (1,92) en el Alavés, Negredo (1,86) en el Cádiz, Marcos André (1,85) en el Valladolid, Maxi Gómez (1,86) en el Valencia, el mencionado Budimir (1,90) en Osasuna y el exgranota Enes Ünal (1,87) en el Getafe.

También entre los 10 primeros clasificados es habitual la presencia de delanteros altos: Suárez (1,82) en el Atlético, Benzema (1,84) en el Real Madrid, En Nesyri (1,89) y De Jong (1,88) en el Sevilla, Isak (1,92) y Carlos Fernández (1,85) en la Real Sociedad, Borja Iglesias (1,87) en el Betis, Gerard (1,80) en el Villarreal, Ferreyra (1,83) en el Celta, Williams (1,86) y Raúl García (1,84) en el Athletic y Jorge Molina (1,88) y Soldado (1,80) en el Betis. El trío de Levante, al estilo Barça, es uno de los más bajitos: Roger (1,79), Sergio León (1,76) y Dani Gómez (1,78).

Tras la estela de los 14 goles que lleva anotados Morales, el peso ofensivo del Levante ha recaído fundamentalmente en el Pistolero Roger, que lleva 13.