No fue la victoria más brillante debido al contexto y al rival, pero el Levante, casi ocho meses más tarde desde la última vez, ganó un partido oficial. La Copa del Rey, competición donde inició su travesía en el desierto tras las fatídicas semifinales de la temporada pasada, le regaló un triunfo con el que, independientemente de la inferioridad del adversario, ganar autoestima de cara al duelo del domingo frente a Osasuna. Un trámite superado sin complicaciones frente a un Huracán Melilla que, pese a la abismal diferencia de categoría, fue un digno rival. Soldado, Blesa, Malsa y Dani Gómez fueron los protagonistas que certificaron la contundente goleada (0-8) para solventar la primera ronda del torneo del KO, en la que fue la primera puesta en escena de Alessio Lisci en el banquillo del primer equipo y un ensayo para la prueba de la verdad: el duelo liguero de este fin de semana, donde se jugará su continuidad o su vuelta al filial.

El entrenador italiano mostró sobre qué patrones quiere construir su nueva etapa. Juego combinativo, por dentro, con laterales ofensivos y con futbolistas de toque, aunque de partida, salvo Malsa y Bardhi, actuaron los menos habituales. Pese a ello, estuvieron a la altura prácticamente desde el primer minuto, donde iniciaron su carrusel de dianas. En el primer robo de balón de los de Orriols, Cantero ganó en velocidad y por banda a su marca para dejarle en bandeja el primero a Soldado, quien, pese a regresar a València con dos en su cuenta particular, fue, con poca fortuna, de los más insistentes de cara a portería.Sin embargo, se desquitó de sus errores a los veinte minutos, haciendo buena una asistencia de un Enric Franquesa que realizó un partido sobresaliente por banda, sobre todo incorporándose en ataque.

En la segunda, Malsa empalmando un rechace tras un saque de esquina, Dani Gómez haciendo alusión a su olfato goleador por partida doble y Álex Blesa sellando su triplete, desdibujaron al Huracán Melilla en un cuarto de hora para encarar la última media con menos intensidad, sin correr riesgos y con la mente depositada en el partido frente a Osasuna.