Las nuevas plazas se hacen a troquel. El frío granito se apodera de espacios urbanos en los que hay un exceso de arquitectura y casi nada de jardinería. La última «plaza dura» de la Marina Alta se ha creado en el núcleo de Duanes de la Mar de Xàbia, en un solar emblemático, donde hace años se demolió el antiguo cuartel de carabineros. Los vecinos, que se temen que los jóvenes con monopatines y el botellón conquisten la plaza, que también podría acabar colonizada por las terrazas de los bares, han iniciado una campaña de recogida de firmas. Exigen al ayuntamiento que «humanice» un espacio que califican de «inhóspito». Advierten de que sólos se han plantado «dos árboles raquíticos» y una «hilera de jóvenes cipreses que tardarán mucho en crecer». La falta de sombra y verdor, vaticinan, «producirá un insoportable calor en verano y una inhóspita imagen de desolación en invierno». Lamentan también que se haya perdido una oportunidad de recuperar la identidad urbana del barrio marinero de Duanes. No es, de hecho, el primer tropiezo urbanístico. Hace años se echó abajo el antiguo local del Pòsit, se restauró sin acierto la Casa del Cable (del edificio del XIX casi no quedó nada) o se dejó desaparecer el riurau del Sequer d'Amadeu.

Los vecinos, sin embargo, indican que en la nueva plaza, bautizada como Comare Maruja Varó, no está todo perdido. Piden al ayuntamiento que «introduzca vegetación abundante», se instalen pérgolas y se cree una lámina de agua. También plantean colocar una maqueta de bronce que recree hitos desaparecidos de Duanes de la Mar como el castillo de Sant Jordi.