Los hoteles que tanto ha anhelado Xàbia llegan ahora a pares. Los empresarios Mónica Mascarós y Dieter Roeler (ella es de Dénia y él belga y han desarrollado su carrera profesional en Oriente Medio) abrirán dentro de un año un hotel en primera línea del paseo marítimo de la Marina Española, en Duanes de la Mar. También están en marcha las obras de un establecimiento con encanto en la carretera de Xàbia a Jesús Pobre, a un paso del parque natural del Montgó.

Mascarós y Roeler han decidido invertir en Xàbia. Ya conocen el terreno que pisan. Estos empresarios lograron una concesión de Puertos para convertir la planta baja de un anodino edificio portuario en un bar y restaurante inspirado en los bistrós franceses de los años 50. Se llama The Beach House y abrió a finales del pasado mes de enero. Ahora se lanzan al negocio hotelero. Están transformando de arriba a abajo dos fincas colindantes del paseo marítimo en un negocio de alojamiento que tendrá 14 habitaciones, de las que la mitad, de 45 metros cuadrados y que contarán con cocina, son ideales para que se hospeden familias.

«Queremos que sea un espacio de integración y cultura. Tendremos una sala de exposiciones para jóvenes artistas y programaremos conciertos y sesiones de cine-club», ha explicado Mascarós, quien afirma que Dieter y ella son dos «enamorados de Xàbia».

Las obras avanzan ahora a buen ritmo. Lo más complicado ha sido reforzar la cimentación. Estos viejos edificios de primera línea presentan unos cimientos muy precarios. Hace unos días, se colocó ya el andamio. Mascarós confía en que en un año el hotel esté acabado.

«Queremos que sea muy especial. Vamos a mezclar elementos arquitectónicos de Marruecos, de Grecia y, claro está, de aquí. Nuestra intención es captar la esencia mediterránea», explica la empresaria. «Las puertas del hotel estarán abiertas a todos. Tendrá una vocación muy social. Pertenecerá al pueblo».

La situación del nuevo hotel es inmejorable. Está en el meollo del núcleo marinero de Duanes de la Mar. Sus promotores aseguran que el turismo de Xàbia es familiar y de ahí que, en lugar de crear las máximas habitaciones posibles, apuesten por combinar el concepto de hotel y el de apartahotel. «Eso sí, queremos que la gente se integre. Tendremos en el comedor mesas individuales y también comunales para que los clientes conversen y compartan experiencias. No va a ser un hotel al uso, sino un espacio de cultura e integración», subraya Mascarós.