El sacerdote Frank Suárez, de 36 años, es una suerte de misionero de las redes sociales. Ha encontrado un mundo virtual que evangelizar. «Cada uno es hijo de su tiempo. Y estamos en la era de las redes sociales. Además, es un campo que me entusiasma», afirma este cura que, natural de Lima (Perú), estuvo cuatro años de vicario en la iglesia del Loreto de Xàbia, a donde sigue acudiendo cada domingo para oficiar misa. Suárez fue pionero en compartir coche con la aplicación BlaBlaCar (es el único cura BlaBlaStar). Este domingo condujo desde València a Xàbia acompañado de cuatro usuarios de esta aplicación. «Es más entretenido y a todos nos viene bien viajar juntos».

Dejó Xàbia para convertirse en el párroco de las iglesias de la Rectoria. Pero enfermó y el Arzobispado se lo llevó a València. Ahora es vicario en Albalat de la Ribera y da clases de religión a los alumnos de secundaria del colegio María Inmaculada de Alfafar.

Frank Suárez no le pierde la fe a las redes sociales. Llegó a retransmitir en la Rectoria las misas con Periscope. Tiene un canal de YouTube llamado «Han Chui Priest» («es el nombre de mi bisabuelo, que llegó a Perú desde China y fue el primero de mi familia en convertirse al catolicismo»).

Ese canal le sirve para enfrentarse a un nuevo reto. Sus alumnos de Alfafar introdujeron en una caja preguntas anónimas sobre la religión y la Iglesia. Y Frank Suárez ha considerado que esas cuestiones y sus respuestas pueden tener interés para un público más amplio. Contestará en YouTube. «No voy a esquivar ninguna pregunta por peliaguda y espinosa que sea», afirma el religioso. Y la primera que ha salido al azar ya se las trae: «¿Por qué los curas no casan a homosexuales?»

«No hay que tener miedo a ninguna pregunta. Las responderé con tranquilidad y hasta donde yo sé. Y si meto la pata ya me lo dirán los jefes», comenta este cura que estudió teología y filología en Perú y luego se licenció en Derecho Canónico en València.

«Debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para desterrar la idea de que la Iglesia es oscura. Las redes sociales nos ayudan. Si subo un video de una homilía a YouTube lo ven 120 ó 130 personas, pero a misa no van más de 40», explica.

Suárez afirma que Xàbia es su pueblo de adopción. La misa que oficia los domingos lo mantiene unido a este pueblo.

Los vídeos que sube a internet son desenfadados. Él mismo los graba. Cuando viaja y abre las puertas de su coche a los usuarios de BlaBlaCar no les oculta que es cura. «Pero les dejo claro que no les voy a dar la brasa».