A falta de auditorio (el ayuntamiento ha rescindido el contrato con la empresa adjudicataria y ya trabaja en un nuevo pliego para contratar otra vez las obras), Xàbia se agarra a dos edificios de carne y hueso. De piedra, se entiende. El faro del cabo de Sant Antoni, encendido por primera vez en 1855, y el refugio de la Guerra Civil, construido en 1938 (es una extraordinaria obra de ingeniería defensiva), están un poco más cerca de rehabilitarse y de tener un uso social, cultural y público. Pero no será de hoy para mañana.

El alcalde, José Chulvi, avanzó ayer que la próxima semana se reunirá con el presidente de la Autoridad Portuaria de Alicante, Juan Antonio Gisbert, para dar forma al convenio por el que este último organismo, que depende del Ministerio de Fomento, cederá el uso del faro al consistorio xabienc. El ayuntamiento deberá redactar el proyecto para dar a la histórica torre luminosa un uso cultural y social. Se convertirá en centro de interpretación de la reserva marina del cabo de Sant Antoni. Será una cesión similar a la de la histórica Casa del Cable (acogió en 1860 la primera estación telegráfica que unió con cable submarino la Península y las Baleares). Pertenece a la Dirección General de Costas (Ministerio de Medio Ambiente), que en 2002 cedió su uso al consistorio a cambio de que le diera un uso cultural. Hoy es una sala de exposiciones.

El faro ha dado en los últimos años muchos tumbos. Un empresario pidió una concesión a Fomento para transformarlo en un hotel. El Ayuntamiento de Xàbia se negó. Defendió que el edificio tuviera un uso público y que los vecinos y turistas pudieran entrar y conocer su historia. El alcalde aseguró ayer que ese propósito está ahora un poco más cerca.

Y otro convenio cultural que está al caer es el que Xàbia firmará con la Fundación Museo Sorolla. También lo adelantó ayer Chulvi. En este caso, el acuerdo de colaboración permitirá acercar al municipio la figura de un genio que se confesó cautivado (queda constancia en la correspondencia con su esposa, Clotilde) por la luminosidad de Xàbia, «el sitio que soñé siempre». La Casa Candelaria (Casa dels Xolbi), del siglo XV, está llamada a ser la sede del espacio dedicado al gran artista valenciano.

Mientras, otro edificio que Xàbia quiere hacer visitable es el refugio antiaéreo construido en 1938 en una ladera de la Caleta del Port. Es una notabilísima obra de ingeniería. Esconde pasadizos de bóveda de cañón que se adentran más de 20 metros en la montaña. Se redescubrió en 2016 al limpiarse la maleza que había crecido en esta vertiente y que tapaba totalmente la losa de hormigón del refugio de la Guerra Civil. Después de 40 años cerrado, el arqueólogo municipal, Joaquim Bolufer, y el entonces biólogo del ayuntamiento, Ignasi Astor, rompieron la tapia de la puerta de acceso y entraron junto a otros técnicos.

El ayuntamiento persigue restaurarlo con una subvención de fondos europeos Feder. Pero antes que nada ha tenido que cumplir en estos últimos meses un trámite imprescindible. Ha inscrito el edificio en el inventario de bienes municipales. Ya es propiedad con todas las de la ley del ayuntamiento.