La pesadilla es el confeti. Sí, esos papelitos de colores que dan color a las fiestas son un quebradero de cabeza para los servicios de limpieza. En Xàbia, las carrozas del lunes, el último día de Les Fogueres de Sant Joan, dejaron el pueblo alfombrado de confeti. Las fiestas ensucian de lo lindo. Además, las calles en las que abundan los casales de las peñas (el Carrer Calvari, sobre todo) estaban salpicadas de manchurrones. Los vecinos montan en la calle mesas para comer y cenar. La jarana está en la vía pública. Así ha sido siempre. Y es un gozo. Pero suele pasar que el uno por el otro, la calle se quede sin barrer.

Los servicios se limpieza se han reforzado estos días con 15 operarios. Más de 20.000 personas han pasado este fin de semana por el centro histórico de Xàbia (sólo 12.000 el domingo, en la noche de «els focs» de Sant Joan). A la fuerza, esa multitud deja rastro.

Los operarios han limpiado las calles con agua a presión. Además, han aspirado el confeti. Ya en la madrugada del lunes al martes, nada más acabar Les Fogueres, se desplegó el dispositivo especial de limpieza. El objetivo era borrar la huella de la fiesta. Eso sí, otros años las peñas deberán implicarse un poco más y dejar las calles más aseadas.