El Projecte Xàbia de la Fundación Oceanogràfic ha cartografiado las praderas de Posidonia oceanica del litoral del municipio. Ahora se puede monitorizar su evolución. Por primera vez, los científicos conocen la extensión de las praderas. Pero este proyecto, iniciado hace dos años y que ahora está en la fase de comunicar a todos los agentes sociales las conclusiones, también le ha echado el ojo a otras especies marinas.

Su director, Francisco Torner, y el biólogo y submarinista Alejo Muruaga destacaron el jueves, en la presentación del estudio ante clubes náuticos, la cofradía, entidades conservacionistas como el IROX (Instituto de Recerca Oceanogràfica de Xàbia) o clubes de buceadores, que en el Primer y Segon Muntanyar, la costa de piedra tosca (duna fósil), existe un alga muy sensible a la contaminación y que, por tanto, es un bioindicador excelente de la calidad del agua. Muruaga subrayó que las «comunidades están muy desarrolladas» y forman un «cinturón» que abraza todo este litoral.

Ese alga, muy fácil de reconocer por su característico color pardo, es la Cystoseira. Instituciones tan importantes como el Instituto Español de Oceanografía (IEO) hace tiempo que advierten de que este alga está en declive en el Mediterráneo. Sin embargo, en el litoral de Xàbia, estas comunidades, situadas en el mesolitoral (la orilla, vamos), gozan de excelente salud.

No ocurre lo mismo con las nacras ( Pinna nobilis). Los expertos indicaron que en 2015 todavía se veían. Ahora sólo han hallado las conchas. El bivalvo, uno de los más grandes del mundo (su hábitat principal son las praderas de posidonia), está muerto. No es un problema de Xàbia. La mortandad, causada por un parásito, afecta a todo el Mediterráneo.

El Projecte Xàbia concluirá en octubre del próximo año con una exposición en la Casa del Cable. Además, se redactará una exhaustiva memoria con recomendaciones y datos técnicos y científicos. Ahora empieza también una tarea imprescindible, la de concienciar. Xàbia tiene un tesoro submarino y hay que preservarlo. La cartografía de la Posidonia revela que las praderas presentan un estado de conservación «muy buena» y «buena».

Pero los investigadores también han detectado que estas comunidades han «disminuido». Han hallado mata muerta. Además, los pescadores les han contado que antes la pradera era tan exuberante que crecía ya junto a la orilla y que había lugares, como en el Portitxol, donde las hojas asomaban por encima del agua.