Guerra a la procesionaria. Pero guerra sostenible. La concejalía de Medio Ambiente del Poble Nou de Benitatxell ha fumigado los pinos con bolsones blancos (los nidos de la dichosa oruga). No lo ha hecho, eso sí, con productos químicos. Los ha nebulizado con productos ecológicos no tóxicos. Los árboles tratados son los que se encuentran en zonas de uso público, como instalaciones deportivas, el colegio Santa María Magdalena, las zonas verdes de las urbanizaciones o las carreteras de acceso a la Cumbre del Sol.

Esta urticante oruga se sube a los pinos en primavera y hace los bolsones. Defolia las acículas (hojas) de estos árboles. Suele atacar los pinos más débiles.

Además, la procesionaria es peligrosa para las personas y los animales. Puede provocar irritación en oídos, nariz y garganta, así como intensas reacciones alérgicas. Los expertos y las protectoras de animales de la Marina Alta recomiendan estar muy pendientes de los perros y mascotas cuando se los pasea por lugares en los que hay pinos, abetos y cedros. También aconsejan a los dueños de las mascotas que las lleven de inmediato al veterinario si observan que olisquean, lamen o se comen alguna procesionaria. Los principales síntomas pueden ir desde nerviosismo, hipersalivación o rascarse de forma reiterada con las patas el hocico hasta inflamación y enrojecimiento que puede derivar en úlceras.

El concejal de Medio Ambiente, Jorge Pascual, explicó que el consistorio prevé las actuaciones pertinentes cada año «para que la procesionaria no llegue a enfermar a los pinos ni sea peligrosa para las personas o animales», y aconsejó extremar la precaución en esta época del año cuando se acude a zonas donde hay pinos.