Los médicos de Urgencias del hospital de Dénia están en la primera línea de la lucha contra el coronavirus en la Marina Alta. Cambian los protocolos, pero no su dedicación y entrega. "Aquí nos volcamos con todos los pacientes, con los posibles coronavirus, con quienes sufren un infarto o un ictus... con todos", afirma un facultativo de Urgencias, que explica que el sábado ya se les transmitieron nuevos criterios sobre la atención a los enfermos sospechosos de estar contagiados. "Hasta entonces les preguntábamos si habían estado en Italia, en China, en Madrid o en contacto con alguien que hubiera viajado a estos lugares. Pero, a partir del sábado, ya la instrucción era que estábamos ante un brote geralizado. Nos ateníamos a los síntomas para considerar que podíamos estar ante un posible infectado de coronavirus".

"En un momento como éste cobra mucha importancia el sentido común. Si te llega un joven de 30 años que es fumador y que tiene tos, lo envías a casa. Le hacemos, eso si, un seguimiento y lo citamos para que acuda a su médico de cabecera", explica este médico, que precisa que a los pacientes a los que se les hacen inmediatamente placas y la prueba del COVID-19 son los considerados de riesgo. "En este grupo entran una persona de 80 años que sufre bronquitis crónica o problemas cardiacos, los pacientes oncológicos o los que están tomando inmunosupresores".

Este facultativo afirma que hasta ahora la situación en la Marina Alta está "razonablemente controlada". El hospital activó el lunes el plan de contingencia. Había seis contagiados en la Marina Alta, dos ingresados en el hospital y los otros cuatro aislados en sus domicilios. "Pero esto puede cambiar de un momento a otro. Lo importante es que se están tomando medidas ante un posible pico de contagios".

El hospital ha reestructurado el espacio en Urgencias y ha creado un circuito específico para pacientes que presentan problemas respiratorios, un síntoma de posible contagio del coronavirus. Además, ha reforzado este servicio con médicos especialistas.

De momento, el departamento de salud de la Marina Alta se encuentra en nivel verde. El director asistencial, Pedro Clemente, explicó el lunes que los contagios son todavía "reducidos" y la situación es de "calma contenida". El siguiente escenario, el amarillo, es de desbordamiento de las Urgencias. Luego, el nivel naranja indica que se ha desbordado la UCI. Y, el último escalón, el rojo, responde a que ya no se da abasto en el hospital y en los centros de salud.

El médico de Urgencias recalca que la población juega un papel esencial en la lucha contra el coronavirus. "No es trivial lo de lavarse las manos. Es la principal fuente de contagio. Hay que hacerlo incluso exageradamente". Al mismo tiempo, el personal del hospital ha lanzado el mensaje de que los vecinos se queden en casa. El confinamiento rompe la cadena de contagios.

El facultativo afirma que ya el sábado, al suspenderse las competiciones de las escuelas deportivas y calar el mensaje de solo acudir al hospital en un caso grave, se notó que en Urgencias los profesionales estaban más liberados para centrarse en la batalla contra el COVID-19. No acudieron niños que se lesionan en los partidos ni esos pacientes que esperan toda la semana para ir el lunes al hospital con un dolor de rodilla o de espalda ("ese tipo de pacientes nos cabrean especialmente", afirma el médico). "Pero, insisto, cuando un paciente entra por la puerta nos volcamos en él, tenga síntomas de coronavirus o llegue con un infarto. Nuestro deber y nuestra vocación es salvar vidas", insiste el facultativo.