Los bañistas más previsores han plegado velas (sombrillas) cuando, a media mañana, el cielo ha empezado a ponerse negro. A los que se han quedado les ha tocado aguantar estoicamente el chaparrón o, tapados con las toallas, correr a buscar el coche. Las playas y calas de Xàbia no ofrecían este mediodía una imagen acorde con el día del calendario. Hoy no se ha llegado a bajar en la Granadella la barrera que cierra el paso a los coches ni se ha colgado el cartel de aforo completo. Sobre las 14 horas, ha empezado a llover. Era una lluvia de gotas gruesas. de las que empapan en un instante. Ha comenzado la desbandada. En un momento, la cala se ha quedado medio vacía. Eso sí, algunos bañistas irreductibles seguían bajando, calados, con las neveras en ristre. Ya por la tarde ha salido el sol y han disfrutado a sus anchas de la playa.

Con lluvia o sin ella, la tónica de este verano es que las playas y calas de la Marina Alta se llenen los fines de semana (se tienen que cerrar al llegarse al tope de aforo) y, sin embargo, entre semana baje la afluencia. Abundan los turistas que llegan a pasar un día de playa y luego se vuelven a sus ciudades y pueblos.