Los grifos, criaturas mitológicos que son mitad leones y mitad águilas (cuando rugían temblaba el mundo), vuelven a dominar el cielo de Xàbia. A golpe de cincel, han recuperado la vida. Exacerban de nuevo las fantasías pétreas. Las gárgolas góticas, esculturas fabulosas, acechan desde lo alto de la iglesia-fortaleza de Sant Bertomeu, levantada entre los siglos XIV y XVI y que ahora se está restaurando.

Las gárgolas de piedra tosca estaban desgastadas. El tiempo había desdibujado sus quiméricos rasgos. Dos de los últimos «tosqueros» (artesanos de la piedra tosca) les están devolviendo su traza original.

Nadie hasta ahora había «acariciado» estos grifos medievales. Pepe Signes y José Vicente Vaquer, gerente y empleado de Artosca, una de las dos empresas que mantienen vivo en Xàbia el viejo oficio de la tosca, se enfrentan con enorme respeto a un trabajo de gran responsabilidad.

Han estudiado de forma concienzuda las gárgolas de este templo que se conservan en mejor estado. Al restaurar las más deterioradas, reproducen al milímetro la traza de estas criaturas de piedra.

«Es un trabajo precioso. Nos enorgullece que la iglesia haya confiado esta restauración a los ‘tosqueros’ de Xàbia», explicó ayer a Levante-EMV Pepe Signes, mientras, en lo alto del andamio, terminaba de esculpir la gárgola de tosca.

Estos dos artesanos de la tosca se están encargando de todos los trabajos que consisten en labrar esta piedra que antiguamente se extraía de las dunas fósiles del Muntanyar y de la Cova Tallada. Han realizado la balaustrada que ahora corona la sacristía o las almenas de la torre-campanario. También han rehabilitado una bellísima ventana de arco apuntado y abocinada. Junto a los operarios de la empresa EMR (Estudios Métodos de Restauración), que está llevando a cabo las obras de emergencia en esta iglesia, recuperarán el brillo de la portada principal.

Trabajar en este templo, el gran símbolo de la arquitectura de la tosca, es lo más para un «tosquero». Pero Signes avisa de que el oficio está en vías de desaparición. La tosca hacía singular la arquitectura local. Los chalés de vanguardia reniegan de esta piedra y son todo hormigón. «El trabajo es cada vez más escaso. El oficio se va perder. Es una lástima. Debería preservarse de alguna manera. La tosca forma parte de la esencia de Xàbia».