El matrimonio con un hijo recién nacido y otro de 8 años (dos menores más también vivían con ellos) detenido por la Guardia Civil en Calp por cultivar marihuana en un "narco chalé", arresto que ya adelantó ayer Levante-EMV, pagaba nada menos que 2.000 euros al mes por el alquiler de esta vivienda. No se le conocía oficio ni beneficio. Todo el dinero que ingresaba procedía del tráfico de drogas.

El pasado mes de diciembre de 2020, componentes del Área de Investigación de la Guardia Civil de Calp detectaron la posible existencia de una plantación de marihuana "indoor" en una vivienda de una urbanización de Calp. Los sospechosos, el citado matrimonio, tenían un amplio historial delictivo. Proceden de un conocido clan familiar asentado en Murcia.

Durante el desarrollo de la Operación "Murcia 2020", como fue bautizada por los investigadores, y que ha sido llevada a cabo durante los últimos dos meses, los agentes sospecharon que los presuntos autores tenían desplegada una importante infraestructura, en la que probablemente albergaban una plantación de grandes dimensiones.

Averiguaron que llevaban residiendo en el chalé, junto a un hijo recién nacido, otro de 8 años y otros dos menores de edad, desde el pasado mes de octubre de 2020. Vivían de alquiler. Además de una entrada inicial de 12.000 euros, abonaban a los propietarios 2.000 euros mensuales. Se trataba de una espaciosa casa de tres plantas, situada en una urbanización céntrica de la localidad, con zonas ajardinadas y piscina privada.

Todo el capital del que disponía el matrimonio procedía del tráfico de drogas. Actuaban con total impunidad, sin tratar de ocultarse bajo otra actividad laboral que hiciera de tapadera.

En el registro practicado el pasado 5 de febrero, la Guardia Civil corroboró sus sospechas: habían convertido en invernaderos de producción intensiva más de 250 metros cuadrados de la vivienda. Situada en el sótano, habían habilitado una sala de unos 200 metros cuadrados donde crecían 850 plantas. En la primera planta, en otra sala más pequeña, había un cultivo de otras 150 plantas.

En total los agentes han intervenido 1.000 plantas de marihuana en diversas fases de maduración, lo que facilitaba a los presuntos autores la recolecta periódica y la entrada permanente de beneficios con la actividad fraudulenta.

Un agente accede al sótano en el que se ocultaba la plantación de marihuana Levante-EMV

Contaban con toda la infraestructura necesaria para mantener un cultivo "indoor" de marihuana a pleno rendimiento. La Guardia Civil localizó en las dos salas numerosos aparatos de aire acondicionado y ventiladores que permitían la aireación necesaria para el crecimiento óptimo del cultivo. Contaban con una sofisticada instalación de filtrado de las salidas de aire, evitando así ser detectados por el olor. Grandes depósitos de agua abastecían la plantación a través de un sistema de riego por goteo. Los autores empleaban gran cantidad de abonos, fertilizantes y acelerantes de la maduración, para acortar los procesos de cultivo y recolección de los cogollos.

Tal era la defraudación de fluido eléctrico, que habían generado un colapso en el abastecimiento de suministro eléctrico del resto de los vecinos de la urbanización, con el enganche ilegal desde el que abastecían de aire y luz la plantación.

Además de las 1.000 plantas de marihuana, han sido incautados 200 gramos de cogollos, numerosos aparatos para la infraestructura de las plantaciones, centenares de maceteros y 1.000 euros en efectivo, procedentes de la actividad ilícita.

Han sido detenidos como presuntos autores un hombre de 38 y una mujer de 29 años, de nacionalidad española. Se les imputan un delito contra la salud pública por cultivo o elaboración de drogas y otro de defraudación de fluido eléctrico.

Tras ser puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Dénia, han quedado en libertad con cargos, con la obligación de comparecer semanalmente a sede judicial.