Los británicos de la Marina Alta (y de la Comunitat) siguen sufriendo los efectos perversos del Brexit. No todos los propietarios de vivienda en la comarca están empadronados ni han fijado su residencia legal en España. Muchos de ellos mantienen la rutina de antes de la salida del Reino Unido de la Unión Europea y viajan de su país a España para pasar aquí largos periodos del año. Pero ahora hay límites. La estancia no puede superar los 90 días por periodo de 180. Y los británicos afectados por esta restricción se rebelan y afirman que es injusto que ahora se les limite el tiempo que pueden permanecer en su segunda residencia.

«Llevamos desde hace 16 años viniendo de vacaciones a Dénia y pagamos aquí nuestros impuestos locales», señala Peter Wilkinson, que es uno de los británicos que se ha unido al grupo «180 days in Spain» (180 días en España). Esta plataforma aspira a que los gobiernos español y británico firmen un acuerdo bilateral para alargar el tiempo que los británicos pueden estar en sus casas de la Marina Alta y España. «Nosotros solo podemos estar aquí 90 días mientras que los ciudadanos españoles pueden permanecer en nuestro país hasta 6 meses sin necesidad de visado», advierte.

Y la cosa no es para ir jugando. Si se pasan de días, se enfrentan a una sanción de 2.500 euros y pueden prohibirles incluso viajar durante un tiempo a otro país de la Unión Europea.

El caso de Wilkinson es paradigmático. Tiene también familia en Francia y el tiempo que está allí también se le descuenta de los 90 días. Afirma que otros compatriotas han optado por obtener la residencia española. Pero son mayoritariamente jubilados. Él y su esposa siguen trabajando en el Reino Unido.