El incendio de la planta de residuos verdes de Ramblars, en Xàbia, es como una cebolla. Hay que quitarle capas hasta llegar al corazón. Y eso es lo que ha empezado a hacer el ayuntamiento que ayer inició junto a los bomberos del parque de Dénia el operativo para apagar, por fin, este fuego. La montaña de restos de poda, de 40.000 metros cúbicos y que llegaba a los 15 metros de altura, arde desde el pasado 21 de noviembre. Es un incendio de combustión lenta y que, poco a poco, ha agotado la paciencia de los vecinos.

Vecinos y ecologistas, ayer, en la planta de Ramblars A. P. F.

«No se puede vivir así. Es horrible. Si abrimos las ventanas, toda la casa, las paredes y las cortinas se impregnan de esta peste», denunció ayer Fina, cuya casa está a apenas 200 metros de este antiguo vertedero reciclado en planta de transferencias de residuos verdes.

Los bomberos apagan los rescoldos y cenizas que apartan las máquinas A. P. F.

«Nos escuece la garganta. Mis nietos no pueden salir a jugar fuera de casa», advirtió esta vecina, que apuntó que al no poder tender la ropa en el exterior ha tenido que echar mano de la secadora. «Y me ha llegado una factura de luz de 300 euros».

«Los perros se ahogan. El humo es insoportable», indicó María, que también vive cerca del incendio.

El plan de choque que el ayuntamiento puso en marcha ayer no tiene mucho misterio. Las máquinas van separando los rescoldos y cenizas todavía humeantes. Los bomberos y operarios de camiones cuba les echan agua y apagan. El primer día ya le dieron un buen mordisco al incendio. Se redujo bastante la humareda. No obstante, sofocar el fuego será laborioso.

Mientras, el ayuntamiento ha cerrado la planta de transferencias. Ya no se están realizando vertidos de restos verdes. La máquina trituradora lleva semanas averiada. La montaña de residuos de poda (separada unos metros del fuego) no hacía más que crecer y crecer.

Ferran Polo, de Ecologistes en Acció de la Marina Alta, subrayó ayer que ya era hora que el consistorio se decidiera a meterle mano al incendio. Los ecologistas han presentado una denuncia ante el Seprona y otra en el decanato de los juzgados de Dénia, que les ha indicado que deben interponerla en la Fiscalía. La planta no dispone de un plan de prevención de incendios. Los residuos, también los de enseres domésticos y madera, se han acumulado en los últimos meses. Los ecologistas también aseguran que esta planta carece de licencia. Y denuncian que este incendio se ha convertido en un problema de salud pública.