El diluvio en la Vall de Laguar (en 24 horas cayeron casi 200 litros por metro cuadrado) ha provocado gravísimos daños. La carretera principal está cortada. Se ha producido un derrumbe en la ladera, poco antes de llegar al primer pueblo, Campell. Este corrimiento de tierra ha desplazado la depuradora del pueblo. Esta instalación ha sufrido importantes desperfectos.
Aunque este acceso está cerrado, sí se puede llegar a Campell y a Fleix, pero hay que desviarse y callejear por el primer municipio. Grandes camiones, como el que abastece de pienso a la granja de la Vall de Laguar, no pueden meterse por esas calles. De ahí que haya pasado con muchísima precaución por el tramo de carretera en cuyo extremo se ha producido el derrumbe.
Este desprendimiento también se ha llevado un tendido eléctrico.
En esta misma carretera, en el tramo entre Fleix y Benimaurell (este último núcleo es el más elevado de la Vall de Laguar), la calzada ha sufrido grandes grietas. El firme también se ha desplazado. La magnitud de la brecha obliga a mantener también cerrado este principal acceso a Benimaurell. Además, casi llegando ya a este público, ha ocurrido un gran derrumbe. La tierra ha sepultado unos 12 metros de carretera. Las máquinas están trabajando en la zona.
Benimaurell no está aislado, ya que se puede circular por caminos rurales. Eso sí, hay que hacerlo con enorme precaución. Estos viales han sufrido arrastres de tierra y hay tramos en los que corre abundante agua.
Hay gran inquietud por los vídeos temerarios que se han grabado en la presa de Isbert. Está prohibido acceder y se teme que lleguen curiosos que se salten la prohibición
En la Vall de Laguar hay una gran inquietud por los vídeos que están circulando de la presa de Isbert, donde se ha formado una impresionante catatarata. Uno de los videos se ha tomado desde la coronación de la presa. Es una auténtica temeridad subirse allí. El autor ha puesto en peligro su vida. El acceso a la presa está cerrado y vallado y tomar estos vídeos e incluso difundirlos es una insensatez. Se teme que dar difusión a estas grabaciones provoque un efecto llamada y acudan curiosos que no son conscientes del peligro de saltar la valla y hacer caso omiso a la prohibición de entrar en la presa.
