La apisonadora ha dado muchos tumbos. La compró la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos de Dénia en 1960. Le costó 492.000 pesetas (2.962 euros). Fue esencial para acondicionar los caminos agrícolas de aquella ciudad en la que los cultivos de naranjos y la viña todavía tenían su importancia. Luego la apisonadora también allanó los viales del imparable desarrollo urbano. Eso sí, está maquina de obras públicas, cuya patente era de la empresa francesa Richier, empezó pronto a dar problemas. Le fallaba el motor. En 1964, el fabricante (la mercantil madrileña Luis Graset) sustituyó el motor original Baudouin por un Perkins. Este último ha salido buenísimo. Ahora, cuando los alumnos de la familia de Transportes y Mantenimiento de Vehículos del instituto Maria Ibars han terminado la restauración de la apisonadora, la máquina volvió a arrancar y alcanzó «pian piano» el que ya será su emplazamiento definitivo, el parque del Bosc de Diana, el gran pulmón verde en ciernes de Dénia.

Profesores y reponsables de Asetrama, la asociación de reparaciones de automóviles y empresas afines de la Marina Alta. | A. P. F.

El exdirector del IES Maria Ibars, Josep Antoni Server, recordó ayer que, cuando esta reliquia industrial llegó al centro (estaba para la chatarra), cometió la «osadía» de prometer que saldría en marcha. No le fallaron ni los alumnos, que la han restaurado con esmero (la han dejado nueva) ni los componentes de ley (de esos que se fabricaron para durar toda una vida) de esta joya de la arqueología industrial de Dénia. Esta apisonadora pasa por encima de ese gran negocio que es la obsolescencia programada.

El alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, destacó ayer lo importante que es «recuperar uno de los pocos vestigios que nos quedan del patrimonio industrial de la ciudad».

Mientras, Josep Antoni Server y Noel Barber, uno de los profesores que guió a los alumnos durante la restauración, defendieron lo útil que es la Formación Profesional (FP). «Mejora la cohesión social y da opciones de vida a las personas y las familias», dijo Server, que recordó que esta apisonadora aplanó caminos que llegaban a las fincas de naranjos y viñas y participó del primer desarrolló urbanístico y turístico de Dénia.

Mientras, Barber sostuvo que la FP «necesita más recursos y apoyo y menos palabrería y reformas educativas».