Otros dos locales de los siete que han estado funcionando al menos desde 2018 sin licencia municipal ni autonómica en la playa del Arenal de Xàbia están ya precintados. La Policía Local ha clausurado esta tarde, entre las 13 y las 15 horas, el Acqua y la Bámbula, dos negocios que pertenecen a la empresa Jávea Company. El viernes los agentes precintarán otro local de este grupo, la discoteca Achill.

Los dos bares precintados hoy tenía, al igual que los clausurados el pasado viernes (Salt y Botánico), una orden de cierre. Su dueño no ha querido cerrar de "motu proprio". Ha agotado hasta el último minuto. A las 13 horas, se cumplía el plazo máximo para que el responsable hiciera efectiva la orden de cierre. Ha hecho caso omiso, y ha acudido la Policía Local.

Momento en el que los agentes clausuran la Bámbula A. P. F.

Eso sí, los agentes se han armado de paciencia. No querían perjudicar más de lo necesario a estos negocios. Han esperado a que los clientes acabaran sus consumiciones y abandonaran el local. Han esperado también a que los empleados recogieran las mesas, sillas y sombrillas. Los agentes han terminado de colocar los precintos sobre las 15 horas.

En estos locales, estaba el gerente de Jávea Company, Edgar Slama, quien ha presentado un recurso contencioso administrativo en el juzgado de Alicante y había pedido la suspensión cautelar de la clausura. Ha colaborado con la policía y no ha puesto trabas.

Los agentes han esperado pacientemente a que los clientes terminaran sus consumiciones y salieran de los locales A. P. F.

Este extremo sur de la playa del Arenal, habitualmente bullicioso, esta ya esta tarde en silencio y sin actividad. Dos de los locales, Atalaya y Balthasar, no han llegado a abrir esta temporada. Otros cuatro los ha precintado la policía. La discoteca está cerrada. Abre los fines de semana. Pero este viernes la policía también la precintara.

Estos locales no tienen licencia ni permiso de Costas para ocupar la zona de servidumbre. Han estado funcionando así durante años. No han regularizado la situación. El ayuntamiento se han visto impelido a actuar. Un vecino que no podía dormir por las noches por el ruido y la música de estos negocios presentó una reclamación en la Agencia Valenciana Antifraude, que tiró del hilo y descubrió que estos negocios no tenían licencia. En febrero, la Agencia Antifraude dio un ultimátum de tres meses al consistorio para cerrar estos bares y la discoteca.