El Ayuntamiento de Xàbia ha ordenado a los dueños del restaurante Rosita de la cala de la Granadella que lo cierren por «carecer de la preceptiva licencia de actividad y funcionamiento». El consistorio, como también ocurrió con el precinto de los locales del extremo sur de la playa del Arenal, que igualmente estaban abiertos sin permiso, actúa cuando ya no tiene más remedio. Una sentencia del 1 de junio de 2020 del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunitat Valenciana le obliga a clausurar este negocio. El exconcejal de Urbanismo Vicente Ortolá litigó contra este restaurante y contra el ayuntamiento, y ganó.

El Rosita cuenta con una licencia de merendero otorgada por el consistorio en 1983. Desde entonces, según la sentencia del TSJ y el decreto municipal que ahora ordena su cierre, el negocio se ha transformado en un restaurante y sus dueños han realizado obras de ampliación que ahora tendrán que demoler.

De hecho, el ayuntamiento también les ordena que recuperen la dimensión que tenía el merendero hace 39 años. Ese modesto negocio de hostelería constaba, según los planos de la licencia, de una planta baja distribuida en una zona de merendero de 40 metros cuadrados y una terraza de 53,95 m2.

Los dueños del Rosita tienen diez días para cerrarlo. Si no lo hacen, acudirá la policía local y lo precintará.