Un paso de peatones que no llevaba a ninguna parte. Quien cruzaba por aquí la calle Murillo, en pleno centro urbano de Calp, tenía que volver sobre sus pasos o convertirse en contorsionista y colarse por la barandilla de acero inoxidable. El paso de peatones se daba de bruces con la baranda que se ha colocado donde termina la rampa mecánica instalada en esta calle en pendiente.

El portavoz del PSPV, Santos Pastor, ha denunciado la falta de coordinación en esta obra pública y ha señalado que "la capacidad de sorpresa es infinita en el Ayuntamiento de Calp", gobernado por PP y Ciudadanos.

Los vecinos también se han frotado los ojos al ver ese extraño paso de peatones con resalte (reductor de velocidad) que conducía a los viandantes a un obstáculo casi insalvable.

Los operarios ya han acudido a la calle Murillo y han serrado el tramo de barandilla que impedía cruzar de un lado a otro de la calle.