Gata eliminó hace cuatro años la figura de la reina de las fiestas. Las festeras se libraron de la corona, pero quedó el vestido de princesa. Es largo, blanco y de encaje. Las chicas van encorsetadas y llevan los hombros al aire. Mientras, ellos, los festeros, lucen traje, pero pueden ir más o menos informales, elegir pajarita o corbata y pueden jugar con los colores. Eso sí, el vestido blanco hueso (ese es el tono) de las festeras ha dado esta vez con hueso.

Aina Mengual Signes, la representante de los quintos de 2019 (las últimas fiestas antes de la pandemia), ha abierto un debate muy necesario. La joven se subió el viernes al escenario de la presentación (ella tenía que pronunciar el discurso de despedida de sus festeros) y habló «a corazón abierto».

Lanzó un alegato a favor de que las festeras tengan libertad a la hora de elegir la indumentaria y no estén obligadas a enfundarse trajes largos y blancos de princesa. «Cuarenta mujeres preciosas, fuertes y valientes, vestidas como un rebaño», denunció. «Mientras, nuestros compañeros son libres de decidir la puta ropa que se ponen. ¿Y qué si quiero llevar un saco de algarrobas?».

La joven aseguró que tiene amigas que se han quedado sin la ilusión de salir en las fiestas porque «no podían soportar el cuerpo (se refería al talle) de estos vestidos». «Llevo tres años diciendo lo mismo: ¿Y qué si queremos vestir cada una como nos dé la gana?».

Aina dijo que no se les podía acallar con la excusa de la tradición, de que exageran, de que «estas cosas son bonitas» o de que sus ideas son radicales. Afirmó que si las cosas no hubieran cambiado, «las mujeres no podríamos ni votar».

«Somos la mitad. Somos amigas, hermanas y novias y si nos quieren nos apoyarán», expuso la joven, que agradeció a su quinta el apoyo y proclamó que, «aquí, en la Plaça de Dalt, todo está cambiando». «Fuera las fiestas fascistas, sexistas e impuestas», clamó la joven, que terminó con un «¡viva Gata y viva la gente del pueblo de Gata!».

Sus compañeros de quinta mostraron su apoyo a su representante y la animaron con gritos de «valiente» y «guapa». Mientras, el colectivo feminista de Gata «FemRock» ha subrayado que las palabras de Aina «nos dan voz a todas». «Sí que era el momento, sí que era la hora, sí que era el sitio para expresar el rechazo a esta tradición tan arcaica», ha recalcado este colectivo.