Desalojados en Parcent por el incendio: "Nos asustamos mucho cuando vimos las llamas en la cresta del Coll de Rates"

Siete personas hicieron noche en el espacio municipal del antiguo matadero; la mayoría de los evacuados acudieron a casas de amigos o durmieron en los coches: "En una circunstancia así es muy difícil conciliar el sueño"

Oleada de solidaridad de los vecinos: dejaron colchonetas, sábanas y mantas

Dos vecinas de Parcent desalojadas y que el domingo hicieron noche en el albergue provisional

Dos vecinas de Parcent desalojadas y que el domingo hicieron noche en el albergue provisional / A. P. F.

Alfons Padilla

Alfons Padilla

El fuego de Tàrbena coronó el Coll de Rates y chocó con el viento. El concejal de Parcent Felip Poquet ha explicado esta mañana lo que ocurrió cuando las llamas hicieron cima y se temía que pudieran avanzar por la Serra del Carrascar e incluso bajar por la ladera que da a este municipio de la Marina Alta. "El viento que viene de Benidorm había empujado las llamas hacia aquí. Pero luego el fuego chocó con el Gregal y ya no avanzó. Además, los efectivos de la UME hicieron en plena noche un gran trabajo. Contuvieron el avance del incendio".

Antes, el alcalde de Parcent, Joan Ripoll, los concejales y los mandos de la Guardia Civil habían desalojado la urbanización del Coll de Rates y habían acudido a las casas aisladas para avisar a los vecinos de que los podían llamar en cualquier momento y decirles que debían salir de sus viviendas. La tarde del domingo fue frenética en este municipio. Al mismo tiempo, se preparaba el espacio municipal del antiguo matadero como albergue. Hubo una oleada de solidaridad. Los vecinos dejaron colchonetas, sábanas y mantas. Los responsables municipales también se afanaron en preparar provisiones para los desalojados y los bomberos. En plena noche, unos cuarenta bomberos bajaron aquí a comerse un bocadillo. Llevaban muchas horas luchando contra el fuego y estaban desmayados.

Las dos vecinas británicas observan la espesísima humareda que esta mañana se había tragado el Coll de Rates

Las dos vecinas británicas observan la espesísima humareda que esta mañana se había tragado el Coll de Rates / A. P. F.

Al final, muchos desalojados pasaron la noche en casas de amigos o en sus coches. "En una circunstancia así es muy difícil conciliar el sueño", explicó Manuel Sánchez Fernández, quien hace un par de años decidió venirse a vivir a Parcent. "Es el paraíso. Buscaba tranquilidad, dado que había vivido en una ciudad alemana. Aquí la he encontrado". "He pasado la noche en casa de un amigo, pero ya te digo: no he dormido casi nada", explicaba mientras observaba la densa humareda que salía de detrás de la montaña (el fuego está devorando el Barranc del Saco, en Tàrbena y en la vertiente sur del Coll de Rates).

El equipo de gobierno de Parcent habilitó el albergue en tiempo récord. Allí hicieron noche siete vecinos. Dos residentes británicas expresaban su inquietud. "Nos asustamos mucho cuando vimos las llamas en la cresta de la montaña". Llevan viviendo en Parcent desde hace más de 20 años. "Es la segunda vez que nos desalojan, pero este incendio es mucho más grave", señalaron.

Un vehículo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) baja por la carretera del Coll de Rates

Un vehículo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) baja por la carretera del Coll de Rates / A. P. F.

Descomunal humareda

Felip Poquet precisa que la Marina Alta y el territorio valenciano están viviendo un periodo de extrema sequía. La vegetación está muy reseca. El abandono de los cultivos y la expansión de los pinos también provocan que no exista un mosaico agrícola que frene el avance de las llamas. Se juntan muchos factores. Lo positivo es que la noche del domingo y la pasada madrugada bajaron bastante las temperaturas (a 12,8º) y aumentó la humedad. Refrescó y el fuego perdió virulencia. A primera hora de la mañana, incluso parecía que la columna de humo, que el domingo había sido brutal, se diluía. Pero, a medida que avanzó la mañana, el fuego volvió a "despertar" y, de nuevo, surgió una humareda descomunal que envolvió todo el Vall de Pop (Parcent, Alcalalí, Xaló o Llíber). El olor a humo y el aire pesado y "sucio" llegó a toda la comarca.